Banco Sabadell, que la semana pasada anunció un expediente de regulación de empleo (ERE) para unas 1.900 personas en España, ha dado a conocer este martes que prevé cerrar este año 320 oficinas, de las que 105 ya se han clausurado y 215 lo harán en octubre.
La dirección del banco, que ha precisado que el número exacto de afectados por la regulación de empleo es de 1.936, ha informado del cierre de sucursales a los sindicatos en una reunión celebrada hoy dentro de la fase de contactos previa a la presentación formal del ERE, han asegurado a Efe fuentes sindicales.
De las 320 oficinas que Banco Sabadell se propone suprimir este año, 105 cierres ya se ha materializado -se cerraron 104 oficinas en julio y una en febrero-, mientras que las 215 restantes se clausurarán en octubre.
En la reunión, los sindicatos han reclamado al banco que ponga en marcha medidas alternativas al ERE, pero la entidad no ha mostrado «ningún interés en negociar», ha asegurado a Efe el secretario general de CCOO en el Sabadell, Mario Rifaterra.
Aunque fuentes sindicales aseguran que durante la reunión el banco ha puesto sobre la mesa llevar a cabo cierres y fusiones de oficinas que afectarían a 496 sucursales, otras fuentes cercanas a la negociación precisan que habrá 320 cierres de oficinas en este ejercicio, incluyendo los 105 ya realizados.
Estas otras fuentes aseguran que se producirán también 172 conversiones de oficinas en cajas avanzadas, es decir, en oficinas con un funcionamiento intermitente, de solo algunos días a la semana, principalmente para dar servicio a pequeñas poblaciones.
Banco Sabadell tenía al cierre de 2020 un total de 1.614 oficinas en España, por lo que, si se cumplen las previsiones del banco, éste acabará 2021 con un recorte cercano al 20 % de sus sucursales en el país.
De los 1.936 empleados afectados por el ERE, 1.639 trabajadores corresponde a la red de oficinas y a empleados de ‘servicing’, otras 35 personas a las direcciones territoriales y 262 más a servicios corporativos.
CCOO, primer sindicato en la entidad financiera, ha denunciado en un comunicado que «si la viabilidad del banco depende de un ERE será por la nefasta gestión realizada por la dirección, no por la capacidad de la plantilla para generar negocio».
También ha criticado la «mala fe negociadora y la falta de respeto» de la dirección del banco en este proceso de negociación, y da por supuesto que una vez que acabe el período previo de contactos, el 14 de septiembre, el banco procederá a formalizar el ERE.
Rifaterra ha recordado a Efe que justo en enero pasado el banco aprobó la salida de 1.817 empleados de la entidad, por lo que «ni siquiera han esperado a ver qué reacción tenían en los márgenes del banco esta salida de personal» antes de plantear otro recorte de trabajadores.
UGT ha denunciado que este ERE sea «la moneda de cambio» con que la entidad paga a unos trabajadores que «han sido esenciales durante la pandemia».
El banco ha entregado hoy a los sindicatos un avance del informe técnico usado para justificar el ERE, mientras que los sindicatos han reclamado que, si el ERE se confirma, sea voluntario y mediante prejubilaciones y bajas incentivadas.
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