La firma de defensa se enfrenta a un futuro incierto tras la salida de Ignacio Mataix quien seguirá trabajando como consejero delegado en funciones hasta encontrar el remplazo
El juego estaba hasta ahora en el puesto de consejero delegado. Indra es el nuevo brazo ejecutor del Gobierno dentro del IBEX 35; La compañía de defensa ya tiene nuevos consejeros independientes que juran los cargos vacantes desde la crisis de verano provocada por la SEPI y Amber, decían hasta ahora, por su enroque contra el presidente saliente hace unos meses, Marc Murtra, a quien le sucedió un Ignacio Mataix que también abandona.
La compañía de tecnología, transporte y defensa, que aún no ha designado un sustituto, ha explicado este relevo como parte de un proceso más amplio para definir «su plan estratégico para los próximos años”, según un comunicado de la firma a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La búsqueda de un nuevo consejero delegado se realizará mediante una consultora independiente, detalla la compañía, pero sin especificar cuánto podría durar el proceso. Mientras tanto, Mataix seguirá ejerciendo sus actuales funciones.
Mataix, que cuenta con una amplia trayectoria en el sector de defensa español, ha ejercido como alto directivo de Indra desde 2018, cuando fue nombrado director general del negocio de T&D. En 2021, fue nombrado consejero delegado de la firma, cargo que primero compartió con Cristina Ruiz y que ha desempeñado en solitario desde abril de 2022.
Una decisión que, al abocar a la firma a un futuro incierto, le hace retroceder dentro del IBEX 35 más de un 6%.
¿Qué ha pasado?
En junio la SEPI tomó el control el control de la mayor empresa tecnológica de defensa del parqué español para, discretamente, posicionarla frente a Thales en Francia y la italiana Leonardo. Una decisión que no se acogió de buena gana en el marco con desplomes en bolsa que superaron el 18%.
¿Cómo sucedió todo? A través de un consejo de administración después de que in extremis se colara un nuevo orden del día por culpa de Amber Capital, a la gestora fundada y dirigida por Joseph Oughourlian que se ha consolidado como el caballero blanco de la SEPI, el Gobierno, en Indra tras ya controlar con mano de hierro la gestión del grupo PRISA.
Ceses acelerados de Carmen Aquerreta, Enrique de Leyva y Ana de Pro, críticos con la influencia del Ejecutivo de Pedro Sánchez – de la mano de la vicepresidencia de Nadia Calviño – en la gestión del día a día de la empresa.
Ganar influencia
En el último año se ha asistido a una conjura de poder por parte de Joseph Oughourlian, francés de origen armenio, co-fundador del private equity Amber Capital junto a Michel Brogard y presidente de PRISA, tras irrumpir en Indra con un 4,1% del capital. 75 millones de euros para decantar la balanza a favor de la SEPI.
Desde el norte, bajaba a salvar a la compañía SAPA Plasencia. A salvar a la compañía o mejor dicho al Gobierno y uno de los socios del fondo Bain Capital en el consorcio español para la compra de ITP Aero.
Aterrizaba entonces con una participación del 8%. Un porcentaje que da derecho al grupo de la familia Aperribay con el presidente de la Real Sociedad, Jokin Aperribay a la cabeza, a contar con un sillón en el consejo de administración.
Esta vez ha sido un ataque a la independencia de la compañía, sí, pero no el único. Indra siempre fue, es y será del Gobierno. En el capital siempre han estado presentes accionistas importantes de control que tuvieron el visto bueno del Ejecutivo. Hay que tener en cuenta que Indra es quien vigilaba las fronteras y el espacio aéreo de ‘casa’ aunque fuentes financieras confirman a Estrella Digital que más allá de toda la vorágine de problemas, la situación con esta cotizada “los ha dejado en shock”.