El colapso de Sillicon Valley Bank ha sido uno de los más rápidos y brutales en el sistema financiero de los Estados Unidos de América que se han registrado en las últimas décadas tras la caída de Lehman Brothers el 1 de septiembre de 2008 y que provocó el estallido de la gran burbuja de la crisis financiera global.
Más allá de la industria financiera, la quiebra de SVB ha provocado una vorágine en los mercados mundiales al ser ésta la única entidad cotizada en bolsa centrada en la financiación a empresas con sede en Sillicon Valley – la denominada popularmente como la meca tecnológica – y startups.
De hecho, tal ha sido el temor generado que con los miedos a un desplome general de la industria, la Reserva Federal de Estados Unidos, el Departamento del Tesoro y la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés) han intervenido varias entidades como SVB, pero también Signature Bank para proteger los depósitos de los clientes y apuntalar la confianza del sistema bancario en Estados Unidos.
¿Cómo fue el colapso?
El 8 de marzo, la empresa matriz del banco, SVB Financial Group, anunció que había vendido más de 21.000 millones de dólares en valores de su cartera con una pérdida superior a los 8.200 millones de dólares y que pondría en el mercado a la venta otros 25.000 millones de dólares en nuevas acciones para apuntalar sus finanzas. Un movimiento de capital que asustó a fondos de capital riesgo como Peter Thiel, quien instó a sus propios clientes a retirar sus depósitos del banco.
Apenas dos días después, los esfuerzos para recaudar capital o encontrar un comprador no llegaron a buen puerto y SVB se declaró en suspensión de pagos, lo que se ha traducido en un pánico inversor hacia la industria bancaria en plena normalización de la política monetaria emprendida por la Reserva Federal (FED) en Estados Unidos o el Banco Central Europeo (BCE) en la zona euro.
¿Qué consecuencias tiene?
A medida que la salud del sistema financiero estadounidense ha estado bajo escrutinio de las autoridades, la administración de Joe Biden se ha comprometido a proteger completamente el dinero de todos los depositantes de SVB, en un intento por detener las retiradas de depósitos de otras instituciones financieras.
El gobierno confirma que los clientes tendrán acceso a su efectivo desde el 13 de marzo, y que los contribuyentes no serán responsables de las pérdidas acumuladas como resultado de las pérdidas de la acción en el mercado.
¿Se extenderá el contagio?
Tras la implosión de SVB, las acciones de otras entidades bancarias regionales se han desplomado por temor a contagio, mientras que un alto funcionario del Tesoro advierte en Bloomberg que otros bancos están en situaciones similares a SVB.
En consecuencia, la FED ha anunciado un programa de préstamos de emergencia para dar a los bancos con problemas de liquidez facilidad de acceso a préstamos en corto plazo.
¿Por qué han caído otras entidades?
Tras el desplome de SVB, otros dos bancos estadounidenses han tratado de sobrevivir en plena crisis financiera. Silvergate Capital y Signature Bank han sido dos de las primeras víctimas de este colapso por sus vínculos con el mundo criptográfico.
De hecho, Silvergate ha anunciado que va a cerrar sus operaciones y liquidarlas tras el colapso del mercado de los activos digitales provocado por la caída de FTX. Por su parte, Signature ha tenido que cerrar por orden de los reguladores del estado de Nueva York tras vivir una avalancha de salidas de depósitos el pasado viernes. Los depositantes allí tendrán las mismas protecciones que los de SVB.
¿Y ahora qué?
Tras convertirse en el segundo mayor colapso bancario de Estados Unidos, solo detrás de Washington Mutual durante la crisis financiera mundial en 2008, los activos de SVB se han subastado por la Corporación Federal de Seguros de Depósitos. Una subasta que se debía haber cerrado el pasado domingo, pero que todavía se desconoce si hubo postores dispuestos a quedarse con los activos.
¿Qué cartas le quedan a la FED?
La noticia llega apenas una semana después de que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, abriera la puerta a una recuperación en el ritmo de las subidas de los tipos de interés. Una decisión que ahora, de cara a la decisión de política monetaria del próximo 22 de marzo, parece menos probable.
Ahora el mercado apuesta por una subida de los tipos de entre 25 y 50 puntos básicos con la que la FED pueda equilibrar las preocupaciones por la tensión del mercado financiero y su deseo de controlar la inflación y llevarla al ideal de crecimiento del 2% internanual.
¿Qué espera el mundo?
Si bien las garantías de la Casa Blanca pueden haber dado al sector bancario estadounidense algo de oxígeno, la atención se está centrando en la huella global que deja esta quiebra bancaria.
Por ejemplo, las autoridades financieras del Reino Unido han indicado que proporcionarán apoyo inmediato a los depositantes para permitir que las empresas paguen a su personal y cumplan con las obligaciones de flujo de efectivo. HSBC se ha quedado con la filial británica de SVB por el precio simbólico de 1 libra esterlina.
Además, la empresa conjunta – joint venture – de SVB en China, SPD Silicon Valley Bank Co., también ha tratado de calmar las aguas en los últimos días recordando a sus clientes locales que las operaciones son independientes de la matriz estadounidense.
Reacción de los mercados
En el mercado de futuros, Wall Street resiste este lunes a la tormenta bancaria en Estados Unidos gracias a la rápida intervención de la FED y a un posible giro en sus subidas de tipos.
En el mercado de renta fija, los bonos del Tesoro suben mientras en las divisas el dólar se debilita frente a otras divisas refugio como el yen y frente a activos como el oro.
Europa, en cambio, sí que sucumbe al temor de contagio. El IBEX 35 ha llegado a perder incluso los 9.000 puntos en medio de un varapalo de hasta el 10% en los bancos.