La Empresa Nacional de Innovación S.A. (Enisa), ha anunciado que espera comenzar a dar las primeras certificaciones a startups antes de que acabe el mes de mayo.
Este será uno de los primeros pasos para poner en marcha las directrices que indica la Ley de Fomento del Ecosistema de Empresas Emergentes (conocida por Ley de Startups).
A fin de regular este tipo de empresas y hacer frente a sus necesidades específicas, hacía falta determinar claramente qué se entiende por startup o empresa emergente. Para ello, era imprescindible la aprobación de una orden ministerial.
Según han confirmado fuentes oficiales, la orden ya ha obtenido el visto bueno de los ministerios de Economía, Justicia, Ciencia, Hacienda y Política Territorial, así que solo resta el beneplácito por parte del Consejo de Estado.
José Bayón, consejero delegado de Enisa, ha manifestado que el procedimiento se está haciendo por el trámite urgencia, por lo que se espera que de aquí a unas semanas esté todo listo para empezar a emitir certificados.
Los certificados de Enisa van a ser especialmente importantes para las empresas emergentes en el marco de la Ley de Startups, puesto que sin ellos, las entidades no podrán acceder a las ayudas, las subvenciones y los incentivos fiscales que contempla la normativa.
A través de este sistema, España va a convertirse en el primer país que tendrá un sistema de emisión para startups que se basará en el cumplimiento de 12 criterios.
Mayor seguridad jurídica para el sector
Tres de los requisitos más importantes que deben cumplir las entidades que deseen ser certificadas como startups son, que su antigüedad no exceda de cinco años (siete según el sector de actividad), que su facturación no supere los 10 millones de euros, y que el 60% de sus empleados estén en España.
Los expertos consideran que estas medidas aportarán una mayor seguridad a las empresas emergentes, favoreciendo con ello la inversión extranjera.
La falta de financiación es una problemática habitual para las startups. Aunque muchas de ellas son rentables y tienen éxito en su actividad, llega un momento en que su crecimiento se estanca porque no pueden encontrar la financiación que necesitan. Esto suele provocar su marcha a otros países, generalmente a Estados Unidos, donde es más sencillo encontrar inversores o disfrutar de incentivos.
Uno de los objetivos de la Ley de Startups es, precisamente, acabar con esa fuga de empresas y de talento. Consiguiendo que los emprendedores tengan aquí todo lo necesario para que su negocio pueda desarrollarse totalmente.
La importancia de la economía digital
Muchas de las empresas emergentes operan en el sector digital, y tienen potencial para convertirse en el motor que impulse la economía en el futuro.
En palabras de Carme Artigas, secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial: «el crecimiento económico de España necesita de la contribución diferencial de los nuevos modelos de negocio digitales».
Desde dicha Secretaría de Estado, se ha propuesto al Instituto Nacional de Estadística (INE) que mida el impacto indirecto que tiene la digitalización en otros sectores.
A día de hoy, la economía digital supone un 24% del PIB español, y el objetivo es que llegue a representar un 40% antes de 2030. Para conseguirlo, es necesario potenciar el desarrollo de startups e impulsar el desarrollo digital de las empresas tradicionales.
Uno de los principales desafíos es conseguir que los fondos de inversión pongan su foco de interés en las empresas emergentes españolas.
Otro aspecto destacado para conseguir los objetivos de desarrollo de la economía digital es atraer el talento internacional, para lo que ya se están poniendo en práctica medidas como el visado para nómadas digitales.
Los primeros informes positivos ya han sido firmados, y hay más de 150 solicitudes de nómadas digitales pendientes de resolución, lo que demuestra el interés por trabajar en España.