Encontrar financiación les está resultando más difícil que nunca a las startups. Un vez superada la pandemia, la fiebre por las empresas emergentes ha desaparecido, y ahora los inversores se muestran más cautos.
Aunque los grandes fondos de inversión no han dejado del todo de lado las inversiones en startups, en un momento de incertidumbre como el actual, prefieren poner su dinero en opciones más tradicionales.
Todo esto lleva a las empresas emergentes a tener que realizar ajustes a diferentes niveles para poder sobrevivir en un entorno que se vuelve cada vez más complicado para ellas.
Reajuste en las plantillas
Las startups han sido grandes generadoras de empleo, y se espera que continúen siéndolo en el futuro. Pero, por el momento, algunas de ellas están realizando ajustes de personal como forma de reducir sus costes.
En los últimos meses, se aprecia en las startups españolas un goteo de despidos que, aunque no es excesivamente alto, no parece frenar. Son aquellas que ya han crecido bastante, las que más están optando por reducir su plantilla.
Despidos en Heura y Factorial
Heura, la startup especializada en sustitutos vegetales de la carne animal, ha anunciado recientemente el despido del 10% de su plantilla. De sus 168 empleados, prescindirá de alrededor de una veintena.
No es la primera vez que la compañía recurre a esta solución. A principios de año, recortó su plantilla un 9% con el despido de 16 personas.
En ambos casos, la startup ha alegado que la razón de ser de esta medida es poder alcanzar cuanto antes el beneficio neto previsto, descartando un estrategia de crecimiento exponencial.
Factorial, startup especializada en la gestión de recursos humanos, levantó más de 100 millones el año pasado y pasó a convertirse en un unicornio.
A pesar de los buenos resultados obtenidos en 2022, en los seis primeros meses de 2023 la compañía no ha crecido al ritmo esperado para cumplir con su objetivo de triplicar los datos del año pasado.
Para los fundadores de esta empresa emergente, la desviación en los objetivos exigía una respuesta inmediata. En consecuencia, han optado por despedir a más de una veintena de empleados. No obstante, alegan que los despidos se deben más a razones organizativas y por necesidad de reducir la burocracia que por cuestiones económicas.
Algunas startups no han podido sobrevivir
Mientras importantes empresas emergentes ajustan sus plantillas, otras no han podido sobrevivir a factores como la falta de financiación y un exceso de competencia.
Es el caso de Verse. La app, que fue creada en 2015 y funcionaba de manera semejante a Bizum, fue adquirida en su momento por Jack Dorsey, uno de los cofundadores de Twitter.
Aunque ha llegado a contar con dos millones de usuarios, esto no ha sido suficiente para ser crecer de una manera sostenible.
La trayectoria de esta compañía no ha estado exenta de problemas, y llegó a ser sancionada en el seno de la Unión Europea por incumplir la normativa antiblanqueo de capitales.
Finalmente, los problemas han pesado demasiado y la compañía ha optado por echar el cierre. Seguirá operando hasta el próximo 13 de septiembre y después desaparecerá.
Ajustes necesarios y «saludables»
Julia Prats, responsable del estudio de CaixaBank DayOne sobre startups, considera que estos ajustes son necesarios en a día de hoy, e incluso pueden llegar a ser saludables. Porque ayudarán a la empresas a quedarse solo con aquellas personas que de verdad aportan valor, apostando por un crecimiento que sea más racional y acorde a la situación actual.
No se puede negar que esté habiendo ajustes, pero por el momento, los especialistas no creen que vayan a producirse grandes olas de despidos. De hecho, existe un mayor interés por parte de las startups de captar talento de calidad en el mercado. Su objetivo es tener menos empleados, pero asegurarse de contar con los mejores.