Europa no quiere depender ni de Estados Unidos ni de Asia a la hora de acceder a los semiconductores. Por eso, está poniendo en marcha una legislación y una serie de programas de ayudas para atraer a fabricantes de chips.
En el caso de Alemania, las medidas ya están dando frutos. Taiwan Semiconductor Manufacturing Co. (TSMC), ha anunciado que establecerá en este país su primera fábrica de semiconductores, con una inversión de 10.000 millones de euros.
Aunque la mayoría de la planta será propiedad de la empresa taiwanesa, en el proyecto también van a intervenir otras importantes compañías del sector como Infineon, Bosch y NXP.
No es la única buena noticia que Alemania ha recibido sobre este tema, ya que recientemente Intel ha confirmado que abrirá dos nuevas fábricas de chips en el país.
La estrategia europea de los chips
El comunicado emitido por Chung Wei, consejero delegado de TSMC, manifiesta que «Europa es un lugar muy prometedor para la innovación en semiconductores, especialmente en los campos de la automoción y la industria, y estamos deseando dar vida a esas innovaciones en nuestra avanzada tecnología de silicio con el talento de Europa».
Esta iniciativa se incardina dentro de la Ley Europea de Chips, que busca autoabastecer a las empresas que operan en Europa de los semiconductores que puedan necesitar. Especialmente a sectores como el de la informática y la automoción.
Actualmente, Europa apenas fabrica un 8% de los chips que se consumen a nivel global, y aspira a alcanzar un porcentaje del 20% para 2030.
En el caso de España, el PERTE Chip es la medida estrella para atraer a empresas del sector de los semiconductores. Por el momento, Broadcom y Cisco ya han anunciado nuevas aperturas de factorías en el país.
La presencia de TSMC en Alemania
La construcción de la nueva fábrica de chips de la compañía taiwanesa en Alemania comenzará en 2024, y se espera que esté lista para comenzar a operar en 2027.
De la inversión total de 10.000 millones de euros, el gobierno alemán aportará la mitad a través de ayudas y subsidios. 3.500 millones procederán directamente de TSMC, y el resto de sus socios.
No obstante, es posible que también la Unión Europea destine fondos a este proyecto, que se estima que generará unos 2.000 puestos de trabajo.
TSMC está sabiendo sacarle partido a las estrategias de Europa y Estados Unidos para atraer a fabricantes de semiconductores. La compañía ya se ha comprometido a crear otras dos plantas en Arizona y tiene en marcha un nuevo proyecto de factoría en Japón.
El proyecto de Intel
Por su parte, Intel confirmó hace algunas semanas que iba a invertir un total de 30.000 millones de euros en Alemania para poner en marcha dos nuevas fábricas de chips de última generación. Ambas ubicadas en Magdeburgo.
Esta será la mayor inversión en la historia que una empresa extranjera hace en territorio alemán.
Para lograr atraer a Intel, el gobierno alemán se ha tenido que comprometer a aportar casi 10.000 millones de euros al proyecto a base de ayudas y subvenciones.
Intel está abordando un gran proceso de crecimiento a nivel mundial. Ha incrementado su número de plantas en Estados Unidos y Asia, y ahora ha dirigido su mirada hacia Europa. Todo ello con el objetivo de volver a recuperar su liderazgo en el sector de los semiconductores.
La inversión de 30.000 millones de euros en Alemania puede ser solo el principio, porque la compañía tiene prevista una inversión total de 80.000 millones de euros en territorio de la Unión Europea en un plazo de 10 años.