La Inteligencia Artificial (IA) abre todo un mundo de posibilidades y desarrollo a nivel personal y laboral, pero también implica importantes retos.
Desde hace meses, se discute sobre si debe regularse esta tecnología y cómo habría que hacerlo.
A pesar de su practicidad, la IA supone una amenaza para muchos trabajadores, cuyas tareas podrían ser asumidas fácilmente por un sistema de este tipo. De hecho, ya hay empresas que están haciendo ajustes.
Hace unas semanas la startup Dukaan anunciaba que había sustituido al 90% de su plantilla de atención al cliente por una IA, lo que había mejorado su tiempo de respuesta al público y habría reducido los costes de este departamento en un 85%.
Aunque puede parecer que la IA solo amenaza el trabajo de los puestos que requieren una menor cualificación, esto no es realmente así.
Hace ahora un año la compañía china NetDragon Websoft puso a una Inteligencia Artificial a desempeñar las tareas de CEO (director ejecutivo), y esta ha conseguido que el valor de la empresa en bolsa suba un 10%.
La IA en los puestos de gestión
La presencia de Inteligencia Artificial en los puestos de poder no es algo del todo novedoso. En 2018, un robot se presentó como candidato a la alcaldía en un distrito de Tokio, bajo la promesa de acabar con la corrupción. Michihito Matsuda, que así se llamaba el robot en cuestión, quedó tercero.
Solo unos años después, Tang Yu se convirtió en la primera inteligencia artificial al frente de una empresa. En solo seis meses la nueva CEO de NetDragon demostró que puede gestionar una corporación sin ayuda de nadie. Consiguiendo que el valor de su empresa en bolsa creciera más rápidamente que cuando la dirección ejecutiva estaba en manos de seres humanos.
Más eficaz a la hora de tomar decisiones
NetDragon es una empresa especializada en diseño de videojuegos para móviles, y tomó la decisión de poner como CEO a una IA porque consideraba que esta era mucho más eficaz a la hora de analizar los datos, gestionar los riesgos y tomar las decisiones del día a día.
Además, la IA carece de subjetividad, lo que garantiza un ambiente de trabajo más justo para todos los miembros de la compañía.
Tang Yu desempeña una labor de gestión, permitiendo que los empleados de la empresa puedan dedicar su talento al diseño de videojuegos. Pero, en última instancia, el verdadero poder dentro de la compañía no recae en ella, sino sobre una junta corporativa.
Un cambio de paradigma
El avance de la automatización hacía pensar que los puestos de trabajo que tenían mayor riesgo de desaparecer eran aquellos que eran más repetitivos, mecánicos y pesados, como los que se llevan a cabo en una cadena de montaje.
Pero el experimento de NetDragon ha demostrado que una IA puede asumir tareas de mayor responsabilidad con total eficacia.
Por otro lado, el desarrollo de herramientas como ChatGPT ha puesto sobre la mesa la posibilidad de que tareas como la programación, incluso la creación artística y literaria también puedan ser abordadas por la tecnología.
Los expertos en finanzas consideran que poner Inteligencia Artificial en los puestos directivos podría convertirse en una tendencia a corto plazo. Atendiendo a lo que cobra de media un CEO en las grandes compañías, su salario equivale a lo que ganan unos 400 empleados (algunos directivos cobran hasta 16 millones de dólares al año).
Hablando estrictamente en términos económicos, para las empresas supondría un gran ahorro sustituir a sus directores ejecutivos por IA. No es solo que estas no cobren nada por su trabajo es que, además, están disponibles 24/7, no se quedan desfasadas, y no se ponen enfermas ni se van de vacaciones.
Mientras tanto, en NetDragon continúan centrados en su experimento y están mejorando todavía más las capacidades de Tang Yu para conseguir una directora general virtual que ofrezca un modelo de gestión más abierto, interactivo y transparente.