Las conocidas como empresas emergentes se han convertido en un foco de interés para inversores, emprendedores, y para la sociedad en su conjunto. Porque las startups llegan para desafiar las convenciones tanto en la forma de gestionar un negocio como en la manera de ofrecer un producto o un servicio en el mercado.
Nacidas originariamente como pequeñas empresas, muchas de ellas llegan a convertirse en grandes unicornios valorados en miles de millones.
El hecho de que los Estados estén buscando medidas para fomentar la creación de empresas de este tipo, es síntoma de lo que representan en cuanto a progreso se refiere. Sin embargo, también plantean una serie de desafíos éticos que conviene tener en cuenta.
La ética en la era de la innovación tecnológica
La tecnología avanza a un ritmo cada vez más rápido, y las startups tienen gran parte de responsabilidad en este fenómeno. Algo que también supone hacer frente a importantes retos y consideraciones de tipo ético.
Privacidad de datos y vigilancia
Los datos tienen un gran valor económico para las empresas, y también para los piratas informáticos. Sabiendo que hay mucho interés en hacerse con la información que tiene una empresa, la seguridad y la protección de los datos debe convertirse en un prioridad.
No importa a qué se dedique exactamente una startup, uno de los principales compromisos éticos que debe asumir es el de usar los datos de clientes, proveedores, etc., solo para aquello para lo que le han sido cedidos. Ofreciéndoles, además, la mejor protección posible, para evitar que terceros no autorizados puedan acceder a ellos.
Innovación disruptiva
Algunos de los avances conseguidos por empresas emergentes son de tal calibre, que afectan al equilibrio previamente establecido. Planteando conflictos con empresas que ya están establecidas en el mercado, e incluso desafíos a nivel legal.
Como disruptoras del mercado, se pide a las startups que colaboren con el conjunto de la sociedad en aquello en lo que se ven directamente involucradas.
Por ejemplo, las empresas emergentes especializadas en Inteligencia Artificial están colaborando en Estados Unidos en un proyecto gubernamental que busca detectar posibles debilidades en estos sistemas. Debilidades que pudieran llevar a su manipulación por terceros, todo ello con el fin de intentar prevenir estas situaciones.
Responsabilidad Social Corporativa (RSC) en el panorama de las startups
La RSC es un concepto cada vez más relevante en el mundo empresarial, y es algo que las empresas emergentes no pueden dejar a un lado y en lo que tienen que trabajar dese el primer momento.
Como operadoras en el mercado, estas entidades tienen la responsabilidad de abordar cuestiones sociales y ambientales que afectan al conjunto de la sociedad.
Por ejemplo, creando plantillas más diversas donde tengan cabida personas de diferente sexo, edad, nivel cultural, origen, etc. O adquiriendo sus materias primas a proveedores de proximidad.
Sostenibilidad y medio ambiente
Este es uno de los temas hacia los que más se enfoca la RSC de las empresas emergentes. De hecho, muchas de ellas centran su actividad en la búsqueda de formas de producción o de prestación de servicios que puedan ser más sostenibles. Haciendo que esta RSC sea, en realidad, uno de sus objetivos empresariales más destacados.
Por ejemplo, diseñando productos o servicios que aborden problemas ambientales que tienen un carácter urgente.
Pero no hace falta que la sostenibilidad esté directamente relacionada con la actividad de la empresa. Hay medidas de cuidado del medio ambiente que se pueden adoptar en cualquier negocio, como intentar reducir al máximo los residuos generados por la actividad.
Ética en la cadena de suministro
Mientras que las grandes empresas abrazaron hace mucho tiempo la política de producir más al menor precio posible sin preocuparse demasiado por los efectos que esto pueda tener, las startups se posicionan en el extremo contrario.
Entienden la cadena de suministro como un componente crítico, especialmente los aspectos relacionados con la fabricación y la logística. Por eso, se preocupan de que todos sus proveedores se ajusten a una serie de estándares éticos. Respetando los derechos humanos y laborales, así como el entorno natural.
Contribución a la comunidad
Las empresas emergentes son fundadas por una nueva generación de emprendedores que es más consciente de los problemas que hay a su alrededor.
De ahí que muchas de ellas incluyan las actividades de tipo social dentro de su RSC. Por ejemplo, poniendo a sus empleados a colaborar directamente en programas de voluntariado, haciendo donaciones o apoyando iniciativas comunitarias.
Transparencia y comunicación en las startups
Las empresas emergentes suelen nacer con una orientación ética y una preocupación por lo que ocurre a su alrededor y por cómo puede afectar su actividad tanto a la sociedad como al entorno. Por ello, han hecho de la transparencia y la comunicación sus grandes aliadas.
Este tipo de empresas no le tienen miedo a ser transparentes y honestas sobre sus prácticas y sus políticas, incluso cuando estas pueden ser polémicas. Prueba de ello es que ciertas startups han comunicado en los últimos meses que van a ajustar su plantilla y a dejar ciertas tareas en manos de la inteligencia artificial.
Esta comunicación efectiva con clientes, empleados, proveedores e inversores es fundamental para ganarse la confianza.
Desafíos éticos en la gestión de la fuerza laboral
Abordar una gestión ética del personal es un importante desafío para las empresas emergentes.
Si para cualquier empresa es importante atraer y retener el talento, para una entidad que está en pleno desarrollo, esto es fundamental para su supervivencia.
La startups deben asumir el compromiso de garantizar que sus decisiones de contratación se basan en la idoneidad y en las habilidades objetivas de los candidatos, dejando de lado prejuicios y sesgos.
Como empresas de nueva generación, la sociedad espera de ellas que ofrezcan una remuneración justa, que fomenten la conciliación y el desarrollo profesional y personal, así como que cuiden de la salud física y mental de sus empleados.
La innovación es una de las señas de identidad de las startups, y la innovación ética no puede quedar fuera de su actividad.