Hace algunos meses, el II Barómetro Adecco Outsourcing sobre Productividad y Eficiencia puso de manifiesto que la productividad de las empresas españolas está en descenso.
En una escala de 0 a 100, las empresas españolas obtienen un 54,4 de media, lo cual supone 4,38 puntos porcentuales menos que los logrados en 2022.
La principal conclusión extraída de este informe, es que España continua a la cola europea en lo que a recuperación económica y de productividad se refiere. Con siete de cada 10 empresas con un índice de productividad muy bajo, y tan solo un 18% de las organizaciones con un nivel de productividad calificado como excelente.
Datos similares se desprenden de una reciente encuesta llevada a cabo por la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged).
Según los datos de este estudio, un 45% de los empresarios consideran que es esencial reducir las cargas burocráticas y los trámites administrativos para impulsar la productividad de las empresas españolas.
Un problema persistente
La situación actual no es nueva. Según datos de Eurostat, desde 2009 la productividad española ha avanzado 10 puntos menos que la media europea.
Para los expertos, este es un problema que frena el avance del conjunto de la economía. Porque, si las empresas no son capaces de mantener un crecimiento sano a largo plazo, tampoco será posible ofrecer buenos empleos que mejoren la calidad de vida de las personas.
Desde Anged son conscientes de que a nivel global se está experimentando una situación de gran incertidumbre, no solo económica sino también geopolítica. La globalización está dando pasos hacia atrás y el mundo se está reconfigurando en dos grandes polos, lo cual puede suponer un freno para la innovación.
Lo que plantean como solución es la necesidad de dar pasos hacia adelante. Ser un activo valioso en Europa en un momento de incertidumbre.
Las claves para aumentar la productividad
De la encuesta de Anged se desprenden una serie de cuestiones que los directivos creen que es necesario mejorar para hacer crecer la productividad empresarial.
Menos burocracia
Lo primero es garantizar unas reglas del juego que sean «claras, previsibles y ágiles». Esto implicaría establecer una regulación ajustada a la situación actual, reduciendo las cargas burocráticas y los trámites administrativos.
Aunque en los últimos años se han hecho un esfuerzo gubernamental por reducir la burocracia, las empresas y los profesionales todavía tienen que hacer frente a muchos trámites para poder hacer gestiones básicas para ellos como importar productos, realizar exportaciones, inscribir una patente, etc.
Los empresarios creen que, con menos burocracia, la innovación se daría de una manera más rápida. Incluso habría más personas dispuestas a emprender.
Más flexibilidad en el mercado de trabajo
Para un 37% de los encuestados, se debe seguir avanzando en la flexibilidad en el mercado laboral. A fin de que este pueda adaptarse mejor a cambios que son cada vez más rápidos y habituales.
También se demandan mejoras en el sistema educativo, creando nuevos perfiles en el sistema universitario y de formación profesional. Esto facilitaría a las empresas poder encontrar perfiles profesionales que ahora mismo prácticamente no existen, pero que ya son necesarios.
Racionalización de los impuestos
En materia tributaria, lo que demandan los empresarios es que se incrementen los incentivos para la inversión en I+D y en generación de empleo. Porque esto animaría a las empresas a seguir avanzando y mejorando.
También se aboga por un sistema tributario que sea lo más estable posible, evitando la creación de impuestos que no respondan realmente a razones de eficiencia.
Medidas proporcionales hacia una economía más sostenible
Conseguir una economía más sostenible es un objetivo que se persigue desde el seno de la Unión Europea.
Lo que los empresarios proponen respecto a este tema, es que el avance hacia la sostenibilidad se realice a través de medidas proporcionales y que sea viable adoptar a corto y medio plazo.