Hace poco se cumplió un año desde que Elon Musk adquiriera Twitter. Red social en la que ha introducido importantes cambios en estos últimos 12 meses, y a la que le ha cambiado hasta el nombre, pasando a denominarla X.
La llegada del magnate a la red social supuso toda una revolución hace un año, por la fama que tiene de convertir en oro prácticamente todo lo que toca. Pero, en esta ocasión, los resultados obtenidos no han sido tan positivos. A día de hoy, X (antes Twitter) vale menos de la mitad de lo que pagó por ella.
La historia de una compra accidentada
En marzo de 2022, tras varios movimientos en el mercado, Musk se convirtió en el principal accionista de Twitter. Se reunió entonces con su CEO, Brett Taylor, y le anunció su interés en formar parte de la junta directiva de la red social. Pasados unos días, se hizo público el acuerdo y el fundador de Tesla se integró en Twitter.
Pero solo unas semanas después empezaron sus desavenencias con Parag Agrawal, director ejecutivo de la compañía. Ambos tenían visiones muy diferentes sobre cómo mejorar los datos de la red social.
Musk se cansó pronto de discutir, y el 14 de abril anunció de forma pública que quería comprar la compañía. La junta rechazó su oferta, pero a finales de abril decidió aceptarla.
Durante las negociaciones, Elon Musk quiso acceder a la información real sobre el número de bots que operaban en la plataforma, pero no quedó conforme con los datos aportados por la junta. Finalmente, el 8 de julio de 2022, decidió retirar su oferta de compra.
Desde Twitter no aceptaron su retirada del acuerdo, y se fijó una vista judicial para el mes de octubre, en la que se decidiría sobre el contrato celebrado entre ambas partes y si era posible o no romperlo de manera unilateral.
Cuando la fecha de la vista estaba a punto de llegar, Musk anunció de seguía con el acuerdo y compraría Twitter para crear X.
Finalmente, en octubre de 2022, Elon Musk oficializó la compra de Twitter por un total de 44.000 millones de dólares.
Twitter bajo el mandato de Musk
Una de las primeras decisiones del dueño de Tesla al tomar posesión de Twitter, fue ajustar su plantilla a nivel mundial.
Aunque los despidos masivos se produjeron en las primeras semanas de su llegada, no han cesado desde entonces. Los últimos se llevaron a cabo el pasado mes de septiembre, con la salida de buena parte del equipo de Integridad Cívica y de Elecciones. En tan solo unos meses, la compañía pasó de tener 7.500 empleados a disponer de 1.500.
Musk ha desarticulado muchas de las estructuras internas de Twitter que se encargaban de la moderación y de revisar la información. Incluso el Consejo de Seguridad y Confianza, que estaba integrado por voluntarios, se ha extinguido.
Los problemas que ya existían en Twitter antes de la llegada de Musk, como la difusión de noticias falsas o de los mensajes de odio, se han agravado todavía más a medida que las medidas de contención implantadas por la directiva anterior se han ido eliminando.
Cambios en el tic azul
En 2009, Twitter presentó el tic azul como sistema de verificación. Una medida que permitía a los usuarios identificar rápidamente cuentas de personalidades públicas y saber que estas eran verdaderas.
El éxito fue tal, que otras redes sociales acabaron por adoptar el mismo sistema.
Sin embargo, este siempre ha tenido detractores, y Musk era uno de ellos. Porque consideraba que el proceso de verificación podía llegar a ser arbitrario.
Para acabar con dicha arbitrariedad, en noviembre de 2022, todos los usuarios verificados con tic azul lo perdieron. Desde entonces, solo pueden contar con él quienes paguen una suscripción mensual a la plataforma.
De esta forma, ahora el tic azul ya no es garantía de nada. Solo indica que detrás hay una persona que está pagando por ostentar esa enseña.
Sin embargo, quienes pagan por esta sucripción si obtienen un beneficio adicional, y es que sus mensajes tienen mayor visibilidad.
A efectos prácticos, los polemistas y trolls que siempre han poblado esta y otras redes sociales, están aprovechando este sistema para conseguir que sus mensajes, a menudo cargados de odio, se extiendan rápidamente.
X pierde usuarios e influencia
Los cambios introducidos por Musk en este último año han influido de manera directa en los usuarios de la plataforma.
El número de usuarios diarios descendió un 9% en el período comprendido entre agosto de 2022 y agosto de 2023. Mientras que las descargas de la aplicación han caído en torno al 38% este 2023 en comparación con las del año anterior.
Con menos usuarios, también el número de mensajes ha caído. Se estima que, a nivel mundial, hoy en día se publican a diario un 7% menos de mensajes que cuando X era Twitter.
Incluso quienes continúan utilizando X con asiduidad manifiestan que su uso de la misma ha cambiado. Que son más comedidos a la hora de exponer su opinión, y que notan que ese sentido de comunidad que existía antes ha desaparecido.
El menor interés de los internautas por esta red social también ha influido directamente en el valor de mercado de la misma. Según un estudio del The Wall Street Journal, X valdría ahora mismo unos 15.000 millones de dólares. Un tercio menos de lo que su actual propietario pagó por ella hace apenas un año.
Una de las razones que explican esta pérdida de valor es que la compañía ha perdido un 60% de las ventas publicitarias. Ingresos que, en su momento, representaban hasta el 90% del total de los obtenidos por la compañía.
La pérdida de ingresos y de usuarios, sumada a los desafíos regulatorios que esta y otras redes están teniendo que asumir tanto en Estados Unidos como en Europa, han puesto a X en una situación muy comprometida.
Los bancos, que en su momento prestaron 13.000 millones a Musk para que adquiera Twitter, asumen que van a perder cientos de millones de dólares cuando la compañía sea vendida.