La Unión Europea se ha convertido en pionera, al ser el primer organismo internacional que da el paso de regular dentro de su área de competencias el uso de la Inteligencia Artificial (IA).
Aunque la norma no entrará en vigor hasta el año 2026, los especialistas ya están analizando cómo afectará a las empresas e incluso a las inversiones en el campo tecnológico.
La Ley de IA de la Unión Europea
La de la Unión Europea va a ser la primera ley sobre IA dictada a nivel mundial. La conocida como IA Act ha estado en negociación desde abril de 2021, pero se ha preferido impulsar las negociaciones antes de las elecciones europeas que se celebrarán el próximo año.
La semana pasada se llevaron acabo dos macrorreuniones entre el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo de 22 y 14 horas, respectivamente. Tiempo que sirvió para establecer los que serán los márgenes de desarrollo de la futura normativa sobre Inteligencia Artificial.
El proceso legislativo dentro de la Unión Europea es largo, pero se espera que la ley esté en vigor en 2026.
Su objetivo es establecer sistemas de IA que resulten seguros y respeten los derechos fundamentales de los usuarios. Esto conllevará algunos cambios en la forma de trabajar de las instituciones públicas y privadas.
Lo que sí se va a poner en marcha de inmediato es la Oficina Europea de Inteligencia Artificial, que se encargará de coordinar a las autoridades nacionales en esta materia.
Después, se espera que la prohibición de ciertos sistemas de Inteligencia Artificial llegue en un período de seis meses, y la implantación de los requisitos que deben cumplir los sistemas y modelos de IA generativa llegaría en unos 12 meses.
Otras medidas de la UE relacionadas con la IA
Aunque esta norma va a ser pionera a nivel global, la Unión Europea ya ha regulado con anterioridad cuestiones relacionadas con esta nueva tecnología.
Lo ha hecho a través de las Directrices Éticas para la IA Confiable, acordadas en 2019. Pero también con cambios en el Reglamento General de Protección de Datos, que ahora hace referencia al manejo de datos a través de la Inteligencia Artificial.
Y a ello hay que sumarle diferentes iniciativas nacionales centradas en la ética, la innovación, y el apoyo a la investigación y el desarrollo dentro del campo de la IA.
Medidas que afectarán a las empresas
La Ley de IA todavía tiene mucho camino por delante para su desarrollo pero, de los parámetros ya establecidos, se puede deducir que habrá una serie de cambios importantes que afectarán de manera directa a las empresas.
Etiquetas de peligrosidad de la IA
Cuando la norma entre en vigor, cada sistema de IA será etiquetado según su nivel de peligrosidad, lo que determinará qué empresas pueden utilizarlo.
Las IA se van a clasificar en «inaceptables», que no se pueden utilizar en ningún caso porque permiten el social scoring (un sistema de puntuación que determina la reputación de una persona o una empresa atendiendo a diferentes criterios).
«Alto riesgo», las que utilizan tecnologías que van a quedar sujetas a requisitos legales más estrictos en cuanto a su transparencia. Esto incluye a herramientas que ya están en uso, como ChatGPT o Google Bard.
«Riesgo mínimo», que podrán ser utilizadas por empresas y usuarios particulares sin ningún tipo de restricción.
Prohibición de los sistemas de identificación biométrica
Esta medida estará recogida en la futura Ley de IA, pero la Unión Europea ya se había pronunciado antes al respecto, prohibiendo los sistemas de identificación biométrica (con huella dactilar o reconocimiento facial) para hacer el registro horario de los trabajadores.
El uso de los sistemas de reconocimiento biométrico va a quedar limitado a los espacios públicos, solo podrá ser realizado por las autoridades policiales y siempre bajo ciertas condiciones relacionadas con la seguridad ciudadana.
Protección de la propiedad intelectual
La normativa va a crear nuevos requisitos de transparencia para que tanto los sistemas de IA como los usuarios operen siempre de conformidad con la legislación de protección de derechos de autor.
Los creadores de IA tendrán que publicar resúmenes explicativos en los que dejen constancia del contenido que están utilizando para entrenar a su sistema.
Modelos genéricos
Las Inteligencias Artificiales de propósito general van a tener una normativa específica destinada a mejorar la transparencia y la seguridad en su aplicación.
Esto implicará desde evaluaciones exhaustivas de su funcionamiento hasta monitorización de los incidentes que se puedan producir.
Sanciones a las empresas
Aquellas entidades que incumplan los requisitos establecidos por la ley europea, podrán ser objeto de sanción.
Las multas están por desarrollar, pero podrían oscilar entre los 7,5 y los 35 millones de euros, o estar entre un 1,5% y un 7% del volumen anual de facturación del negocio.
La nueva norma y su influencia en la inversión tecnológica
A raíz del anuncio de la tramitación legislativa de la futura Ley europea de IA, han surgido dudas sobre si esta podría afectar a las inversiones de compañías tecnológicas en el mercado europeo. Llevando a las empresas a invertir en China o Estados Unidos, donde no existe reglamentación de este tipo.
Este problema no sería algo nuevo. En la actualidad, empresas como Google o las redes sociales tienen problemas en Europa por lo restrictiva que es la normativa sobre protección de datos europea. De hecho, Elon Musk ha amenazado con cerrar X en Europa porque la Ley de Servicios Digitales de la Unión Europea dificulta mucho el mantenimiento de su servicio.
En el caso concreto de las empresas tecnológicas, todavía no se sabe qué ocurrirá cuando la normativa de control de la IA entre en vigor. Pero desde la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial española se ha dejado constancia de que la nueva norma traerá seguridad jurídica para las empresas y los ciudadanos.
Por su parte, desde el Ministerio de Transformación Digital se muestran convencidos de que no hay riesgo para las inversiones.
Sin embargo, otros Estados no están conformes con la nueva legislación. Francia, que cuenta con un importante número de startups dedicadas al ámbito de la IA, ha mostrado su recelo a la posibilidad de coartar el desarrollo tecnológico.