El total de desempleados registrados en el pasado mes de febrero fue de 2.760.408, lo que supone un 5,17% menos que en febrero de 2023. Siendo esta la cifra más baja registrada para un mes de febrero desde el año 2008.
Los buenos resultados en materia de empleo contrastan con las medidas puestas en práctica por las grandes empresas, que en los últimos años han acelerado el ritmo de despidos colectivos. Con un número total de bajas que supera ya las 300 por semana.
Del ERTE al ERE
Durante la pandemia se hizo especialmente popular la figura del ERTE o Expediente de Regulación Temporal del Empleo, que buscaba ajustar la jornada de trabajo o suspender temporalmente el contrato para que las empresas pudieran reducir sus costes y superar así la crisis que se vivía en aquel momento.
Las últimas cifras registradas ponen de manifiesto que los ERTE están a la baja, puesto que en un año se ha reducido su volumen un 38,5%.
Por el contrario, se ha registrado un incremento del 50% en los Expedientes de Regulación de Empleo o ERE, que suponen la extinción del contrato de trabajo de los afectados.
Los expertos destacan que, durante la pandemia, el objetivo era evitar una “sangría” en el empleo derivada del parón de la actividad. Por eso, se optó en aquel momento por una medida flexible como lo es el ERTE.
Ahora, una vez superada la situación de emergencia, el despido ha vuelto a ser una prioridad para las empresas. Porque ya no cuentan con bonificaciones ni ayudas para los casos de suspensión temporal de contratos o de reducción de jornada.
Mientras que las empresas de menor tamaño están optando por despidos objetivos individuales para ajustar su plantilla, las grandes empresas están volviendo a recurrir a la figura del despido colectivo.
Las cifras subieron en 2023
Según datos del Ministerio de Trabajo, la cifra de trabajadores que sufrió un despido colectivo fue en 2023 un 50,8% superior a la registrada en el año 2022. De hecho, la suma de los ceses producidos mediante ERE en 2023 supera a la registrada en el período de 2014 a 2019.
Son las grandes empresas las que más recurren al despido colectivo, llegando a alcanzar el pasado año un ritmo de 300 despidos por semana.
Los datos ponen de manifiesto que, cuanto mayor es la envergadura de la empresa, más posibilidades hay de que recurra a un ERE para hacer ajustes en su plantilla. Así, las microempresas (hasta 10 empleados), generan un 10,6% del empleo y son responsables de un 3,75% de los despidos colectivos. En cambio, las grandes compañías (las que tienen más de 250 trabajadores) generan un 42,27% del empleo y son responsables del 54,15% de los ERE.
Otro dato interesante es que, durante el año pasado, el número de empleados afectados por un despido colectivo justificado por razones económicas, fue menor en las grandes empresas que en las más pequeñas. Las grandes compañías utilizaron con más frecuencia el criterio de bajada de ventas (razones productivas) para justificar los despidos, que el de los apuros económicos.
Algunos expertos consideran que detrás de estas decisiones puede haber una voluntad de abaratar la mano de obra. Porque algunas compañías despiden trabajadores y luego externalizan el servicio con empresas multiservicios más baratas. Algo que puede suponer un ejercicio de competencia desleal frente a aquellas entidades que mantienen su plantilla y asumen los costes salariales y sociales que esto supone. Tal y como afirma Vicente LaFuente, profesor de Derecho del Trabajo de la Universidad de Zaragoza.
Una tendencia global
Los despidos colectivos en las empresas españolas han crecido en el último año, pero este no es un fenómeno aislado.
Las empresas del sector tech, muchas de ellas posicionadas como las mejor valoradas y las más poderosas del mercado, llevan meses ajustando sus plantillas con despidos que han afectado a miles de personas. A la vez que, por otro lado, refuerzan la inversión en nuevas áreas de negocio y realizan contrataciones para ellas.