obra de Díaz Escobedo, ganadora del Primer Premio Incontinentes de Novela Erótica, está escrita en un lenguaje y una moral actuales. respeta los cánones de la novela erótica en función de los nuevos modelos sociales.
Más que mostrar se intuye. No hace falta decir términos obscenos para calentar al lector.
Tras la entrega del premio el escritor -que ha insistido en que no se debe confundir la literatura erótica con la pornográfica y que ha declarado que no quiere publicar más novelas de este género- ha concedido unos minutos a ESTRELLA DIGITAL.
¿Qué se siente al ser el ganador entre 70 novelas?
Pues mucha, mucha ilusión. Porque además había dejado de escribir durante 50 años y retomar otra vez la pluma satisface mucho y, si encima obtienes un premio, pues ya me contarás. Yo suelo venir a Madrid con mucha frecuencia, primero voy a casa de mi hermano y luego voy a La Casa del Libro. En esta ocasión ha sido, satisfactoriamente, en La Casa Libro donde he recibido esta alegría.
¿Lo de la pluma lo dice literalmente o escribe a ordenador?
Es que antes escribía a pluma y en una especie de cuartillas. He escrito «bolsilibros» y le he hecho la competencia a Corín Tellado. Eran libros que se vendían para las chachas -sea dicho con todos los respetos- y para los soldados. Publicar es difícil y hacer una tirada de más de 2.000 o 3.000 ejemplares está al alcance de pocos, pero por aquel entonces los bolsilibros se editaban de 10.000 en 10.000 ejemplares.
¿Tenía esperanzas de ganar el premio?
Siempre que se concursa hay esperanzas, pero lo más importante es concursar. Cuando escribes algo y no te lo han publicado todavía mantienes una ilusión que es tan viva o más que después de haber escrito algo. Así te vas aficionando a publicar y a concursar en premios. Aunque yo tengo pocos premios, se pueden contar con los dedos de la mano.
Háblenos un poco de El mentalista.
En El mentalista hay un amor entre el protagonista, que es un hombre relativamente joven, y una chiquilla muy joven también. Hay unos pasajes en los que el mentalista complace al hermano de esta chiquilla, que está dubitativo entre si es homosexual u heterosexual o no lo es, y que también le complace. Cada uno de los doce capítulos del libro tiene su razón de ser. Por ejemplo, hay un capítulo relativo al lesbianismo que podría ser excluído de la novela, pero está incluído porque además de estar concatenado con la relación entre los demás personajes, es la manifestación de un sentimiento erótico, pero en el campo de lo homosexual. Es el modo de presentar a través del protagonista la forma de ser del ser humano con sus pasiones, virtudes y defectos.
¿Cuáles son sus fuentes de inspiración?
Independientes. Ninguna, puede ser una palabra, un detalle, una voz.
¿Y sus maestros literarios?
Yo me eduqué en algo que me gustaba mucho y que luego he practicado, que es el cuento semanal. Admiro a autores como Marquerie, Pedro de Répide, Pedro Mata etc. Que eran escritores de aquellos tiempos, porque es que yo tengo ya 70 años.
¿Y por qué ha decidido dejar de publicar novela erótica?
Porque es que yo nunca he sido un escritor erótico, yo he sido un escritor casi de cuentos infantiles.
Pero acaba de ganar un premio de literatura erótica…
A ver… yo no soy escritor erótico, o me considero escritor erótico en el pleno sentido de la palabra. Quien haya leído mi anterior novela, Esencia de mujer, o lea El mentalista la palabra más fuerte que vea, posiblemente, sea «un coñito». No hay una grosería, no hay un lenguaje soez, está casi casi rozando el puritanismo del erotismo. Pero la presenté porque no deja de ser una novela erótica. Hay gente que confunde pornografía con el erotismo y son dos cosas diferentes. Les pasa como al mar y al agua. La mar embravecida ataca la tierra, tranquila la acaricia. Hay que saber distinguir erotismo y pornográfía.
¿Cree que existen todavía tabúes respecto al sexo y a la novela erótica?
Es que mí en sí una novela erótica me gusta mucho, pero una novela soez pues no me gusta. Me entusiasmaba leer a Aretino, a Ovidio o a Pedro Mata, pero es que hoy no me gusta leer a Lorens ni a Kawasaki porque creo que desbordan un poco lo erótico, para entrar en lo pornográfico. Para mí el erotismo es el sentimiento del corazón y la pornografía es la revulsión de la carne. Por eso, yo no quiero romper esas fronteras y que me encasillen como un escritor erótico. Si fuera un escritor erótico a mi modo de entender el erotismo sí, pero eso no es posible.
¿Tiene pensado ya qué va a hacer con el premio?
No, nada especial. Ponerme a escribir otra vez.