sábado, noviembre 23, 2024
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Merkel avanza que el 2009 será un año difícil y que espera que el 2010 sea mejor

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Según Merkel, nadie puede calcular la consecuencias de las crisis y advirtió que no hay recetas hechas para superarla puesto que se carecen de experiencias previas al respecto. «No hay un libreto para salir de la crisis», dijo.

El año próximo, según la canciller, el PIB alcanzará en Alemania 27.000 millones de euros menos de lo que se había calculado inicialmente, el déficit público aumentará y, en general, «el 2009 será un año de malas noticias».

Sin embargo, la canciller advirtió de que el propósito de su gobierno no es sólo capear la crisis sino crear las condiciones para abrir nuevas posibilidades de crecimiento y lograr que el 2010 sea un año mejor.

Por otra parte, Merke apeló a la fortaleza tradicional de Alemania para hacer frente a las consecuencias de la crisis financiera internacional y se mostró confiada en que el país saldrá airoso de la misma pese a que el 2009 será «un año de malas noticias».

«En nuestra historia hemos superado retos difíciles. Basta pensar en la reconstrucción después de la guerra, en la reconstrucción del Este del país y en la reducción del desempleo en los últimos años», dijo Merkel en su intervención en el debate sobre los presupuestos públicos. «Todo eso era difícil y lo logramos y esta vez volveremos a salir airosos», agregó.

Las dimensiones de la crisis y sus consecuencias, según Merkel, todavía no se pueden calcular y no hay un libreto escrito para salir de la misma pues se carece de experiencias previas a las que se pueda recurrir.

Durante el debate, Merkel tuvo que hacer frente las críticas de la oposición provenientes sobre todo del Partido Liberal (FDP) y del partido de La Izquierda y procuró justificar las medidas que hasta ahora ha tomado su gobierno.

Antes de la intervención de la canciller, el diputado liberal Rainer Brüderle había acusado al gobierno de ayudar sólo a las grandes empresas con medidas como el paquete de rescate para el sector bancario o la garantía estatal que se está estudiando conceder al fabricante de automóviles Opel.

Sin aludir directamente a esos ataques, Merkel dijo que el paquete de rescate para el sector financiero no ha sido algo para los bancos sino, ante todo, para las pymes, para los ciudadanos que necesitan que las posibilidades de crédito sigan abiertas y para los ahorradores.

En este sentido, Merkel admitió que la confianza entre los bancos todavía no se ha recuperado por completo y apeló a las instituciones financieras que necesiten la ayuda ofrecida por el gobierno a solicitarla.

Además, recordó que, pese a que los bancos son empresas privadas, tienen una función pública esencial y subrayó que la obligación de las instituciones financieras es mantener abiertas las posibilidades de crédito para la economía.

Pese a los pronósticos sombríos para el 2009, Merkel subrayó que, gracias a la recuperación económica que ha habido en los últimos años, Alemania está en buenas condiciones para hacer frente a la crisis y subrayó que el objetivo no puede ser capearla de cualquier manera sino sentar las bases para crear nuevas posibilidades de crecimiento.

Así, los objetivos gubernamentales a medio plazo siguen vigentes. Por ejemplo, la meta de lograr un presupuesto equilibrado, que se esperaba para el 2009 y que no será posible debido a la crisis financiera, fue definido por Merkel como una de las tareas para la próxima legislatura.

Ahora, lo que viene es buscar la recuperación de la economía a través de diversificar medidas, como inversiones públicas, sobre todo en educación y ciencia, o reducciones de impuestos para impulsar el consumo o, también, algunas medidas para las que, según Merkel, no se necesitaría dinero adicional.

Con respecto a esto último, Merkel sugirió que se le diese un manejo más flexible al uso de los fondos estructurales de la Unión Europea para evitar las devoluciones de parte de los mismos.

Pese a todas las medidas programadas, Merkel se declaró consciente de que las posibilidades de la política de influir sobre el desarrollo de la economía son limitadas, sobre todo en un país como Alemania cuyas empresas exportan buena parte de lo que producen.

«Si las compras de coches disminuyen dramáticamente en Estados Unidos es poco lo que puede hacer el gobierno alemán», dijo Merkel.

El hecho de que la crisis actual muestra la interconexión de las economías de todo el mundo hace, según Merkel, más necesaria la búsqueda de reglas internacionales.

«Las preocupación del propietario de una casa en California y de un trabajador de Ludwigshafen están relacionadas y las esperanzas de los dos están en que logremos crear una economía social de mercado que funcione internacionalmente», dijo Merkel.

En esa línea, Merkel advirtió en contra de la posible tentación de reducir las ayudas al desarrollo y recordó que los países en desarrollo y los países umbral han sido en los últimos años el motor del crecimiento mundial.

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