ArcelorMittal añadió en el comunicado que los procesos se llevarán a cabo en estrecha colaboración con los interlocutores sociales y «de conformidad con las consideraciones sociales pertinentes en los diferentes países afectados».
Esta iniciativa persigue contribuir al objetivo del principal grupo siderúrgico del mundo de reducir en unos 770 millones de euros sus gastos «comerciales, generales y de administración» para hacer frente a la crisis económica mundial.
El programa se orienta principalmente a empleados de áreas no directamente vinculadas con la producción y, en particular, al personal de «departamentos de estructura» en todo el mundo, añadió la siderúrgica.
Para el vicepresidente ejecutivo y responsable de Recursos Humanos de la compañía, Bernard Fontana, se trata de una decisión «muy difícil para la compañía», porque todos los empleados «son extremadamente importantes para nosotros», según la nota.
«Desgraciadamente, la realidad económica mundial indica que la adopción de estas medidas es un paso razonable», apuntó Fontana, que aseguró que la prioridad del grupo se centra ahora en explicar a sus interlocutores los motivos de esta decisión. Fontana agradeció a todos los empleados su profesionalidad y dedicación y subrayó que todos «han desempeñado un papel importante en la consolidación de ArcelorMittal».