Durante el acto de relevo de la Presidencia del Consejo de Europa, el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, animó al Gobierno y a la Duma (cámara baja del Parlamento) de la Federación Rusa a buscar una fórmula que satisfaga a todos.
Asistieron al acto, celebrado en el Palacio de Europa de Estrasburgo (noreste de Francia), el ministro de Exteriores sueco, Carl Bildt, encargado de dar el relevo a España, y el secretario general del Consejo de Europa, el británico Terry Davis.
Labor de persuasión
En la rueda de prensa posterior, Moratinos anunció que a finales del próximo mes de diciembre viajará a Moscú con el objetivo de «convencer» a su colega ruso, Serguéi Lavrov, para desatascar la reforma del Tribunal de Derechos Humanos.
La corte tiene cerca de 100.000 demandas pendientes, de las que una cuarta parte son denuncias por supuestas vulneraciones de los derechos humanos en Rusia.
España también quiere recabar el compromiso de Rusia para facilitar la puesta en marcha de un plan de acción del Consejo de Europa en Georgia, tras el conflicto del pasado verano en torno a las regiones separatistas de Osetia del Sur y Abjasia.
Prioridades españolas
Las otras prioridades del mandato español serán la lucha contra el terrorismo y la trata de personas, la abolición de la pena de muerte, la violencia de género, la inmigración y la promoción del diálogo intercultural.
La Presidencia de España concluirá el próximo mes de mayo con la reunión anual del Comité de Ministros, el foro de decisión política de la organización, en la que participan 47 países europeos -todos, menos Bielorrusia-, incluida Turquía, en representación de 800 millones de habitantes.
La reunión ministerial coincidirá con la conmemoración del 60 aniversario de la fundación del Consejo de Europa. España ve redoblado su protagonismo en esta institución, puesto que el presidente de la Asamblea Parlamentaria es el senador socialista español Lluís María de Puig, que ocupará el cargo hasta finales de 2009.