«El estado general de la economía sigue presentando desafíos reales para algunos estadounidenses que quieran viajar durante este Día de Acción de Gracias», dijo el presidente de la AAA, Robert Darbelnet, en un comunicado.
Aún así, 41 millones de estadounidenses se desplazarán por lo menos 80 kilómetros para estar con su familia en la festividad que más movimiento genera en EEUU, pues supera incluso a la Navidad. En ella, los estadounidenses conmemoran la comida de agradecimiento a Dios que, según la tradición, prepararon los primeros colonos en su nueva tierra. En 1863, el presidente Abraham Lincoln marcó la fecha de este jueves como fiesta nacional.
Desde el principio, el pavo ha sido el protagonista. El 88 por ciento de los estadounidenses comieron su carne blanca en este día el año pasado, según la Federación Nacional del Pavo.
El asado se complementa usualmente con salsa de arándanos, boniatos y puré de patatas, que será lo que degustará este jueves la familia presidencial en la residencia de Camp David (Maryland), aunque también tomarán un gazpacho que se salta la tradición. «En éste, mi último Día de Acción de Gracias como su presidente, les agradezco la buena voluntad, las palabras amables y las oraciones de corazón que muchos de ustedes me han dando en los últimos ocho años», dijo Bush en su mensaje radial.
Sin embargo, Bush, que esperaba tener un día tranquilo rodeado de los suyos ha pasado el día pendiente de los atentados en Bombay (India), en los que más de cien personas han muerto y 287 han resultado heridas. Por la mañana temprano, telefoneó al primer ministro indio, Manmohan Singh, para expresarle sus condolencias y ofrecerle el apoyo necesario.
Asalto a las tiendas
Mientras tanto, los estadounidenses se preparan para cumplir con otra de las tradiciones más arraigadas en estas fechas, al asalto a las tiendas en el conocido como black friday. Muchos de ellos incluso esperan de madrugada a que abran las puertas para aprovechar las ofertas extraordinarias con las que los empresarios atraen a los consumidores. Sin embargo, este año las cosas previsiblemente también serán diferentes.
En octubre el gasto personal cayó un 1 por ciento, la mayor bajada desde los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001, lo que exacerba la tendencia registrada con el agravamiento de la crisis en los últimos meses. Las familias han recortado su consumo, que supone un 70 por ciento de la economía estadounidense, ante el aumento del desempleo, la caída del valor de su vivienda y la pérdida de riqueza en sus inversiones en bolsa y planes de pensiones. Incluso las ventas por internet han disminuido un 4 por ciento en lo que va de noviembre, en comparación al mismo período el año pasado, lo que supone la primera bajada en la historia, según la empresa de análisis comScore.
Como respuesta, algunas tiendas pretenden ampliar los descuentos que caracterizan al Viernes Negro, como se conoce a la jornada después del Día de Acción de Gracias, porque sus cuentas del año pasan de los números rojos a los números negros. Está por ver si serán suficientes para salvarles la temporada.