Viñals se refería a las medidas de carácter excepcional acordadas en la última cumbre del G20 en Washington, que incluían intervenciones estatales «sin precedentes» y «sólo justificables por la gravedad de la crisis».
El subgobernador también se refirió al incremento de la morosidad que sin duda mermará las cuentas de resultados de bancos y cajas a partir de ahora, junto con la desaceleración del crédito y las crecientes dificultades para encontrar financiación y dijo que sólo un firme compromiso de bancos y cajas para reducir costes hará posible mantener «niveles adecuados de rentabilidad».
Según Viñals, la morosidad de las entidades españolas seguirá creciendo hasta alcanzar las tasas de otros países de nuestro entorno, y lo hará con más fuerza en los sectores que más crecieron en los últimos años, la construcción y promoción inmobiliaria, cuya mora en momentos de crisis suele triplicar a la media, explicó.
Entre los retos futuros de bancos y cajas, Viñals citó la financiación de la actividad, encarecida por la crisis internacional de liquidez, y señaló que el modelo de negocio español basado en la cercanía al cliente ayudará a las entidades a captar depósitos.
Según Viñals, tras la cumbre de Washington hay que configurar un nuevo marco de regulación y supervisión financiera que asegure la eficiencia del sistema y evite que se repitan crisis como la actual.
Pero, además de las actuaciones normativas, las entidades deben adoptar una serie de principios «muy sencillos», pero que se habían abandonado, como la prudencia, la confianza, la eficiencia, la transparencia, la responsabilidad y la memoria, para no olvidar que la economía funciona a base de ciclos y no bajar la guardia en épocas de bonanza.
A juicio de Viñals, los retos que afrontan las entidades financieras españolas son considerables pero cuentan con una buena posición de partida, aunque ahora hay que seguir trabajando para mejorar la eficiencia, vigilar los riesgos e incrementar la fortaleza financiera de bancos y cajas.
El subgobernador del Banco de España animó a todos los actores del sistema financiero español a seguir trabajando juntos, como en anteriores ocasiones, para «superar las dificultades y dar continuidad a una historia de éxito que tanto ha contribuido a impulsar el crecimiento económico español en el pasado».
Por su parte, el presidente de PwC, Carlos Mas, afirmó que España «está pagando» su «enorme» dependencia exterior con el endeudamiento de familias y empresas, como consecuencia de un modelo de crecimiento económico «no adecuado». Durante su intervención, Mas apuntó que el entorno financiero español no debería crecer ni multiplicarse «mucho mas rápidamente» que la economía real.
Sin embargo, destacó la fortaleza del sistema financiero español que, según señaló, está «más preparado» que otros para combatir los efectos de la crisis. Pese a ello, reconoció que tanto empresarios como reguladores y supervisores olvidaron que los ciclos han existido «siempre», y abogó por la «prudencia, transparencia y liderazgo responsable» como forma para superar la actual coyuntura.
Mas señaló que la clase financiera debe recordar las lecciones aprendidas en el pasado y así poder anticipar los cambios en el presente y las transformaciones que se vienen produciendo.