El subgobernador del Banco de España explicó, durante su intervención en la jornada sobre ‘El futuro de la banca española tras la crisis financiera’ que el «apego» de la banca española al modelo tradicional, la prudencia de la que han hecho y gala y el énfasis del marco regulatorio y supervisión en la buena gestión del riesgo han sido los factores que explican «la resistencia de nuestro sistema bancario ante la crisis».
Sin embargo, advirtió que su valor se verá afectada ante el difícil entorno económico y financiero. En concreto, aseguró que uno de los mayores riesgos para la evolución de los resultados de las entidades en el futuro es el incremento de la morosidad, que probablemente convergerá con la de algunos países del entorno.
En esta línea, señaló que los sectores de construcción y promoción inmobiliaria poseen un carácter cíclico más marcado por lo que su ratio de dudosidad suele situarse, en momentos bajos del ciclo, dos veces por encima de la media. Así, afirmó que precisamente la gestión de la exposición al sector inmobiliario será «una de las mayores complejidades que afronta en estos momentos el sistema bancario español».
En cuanto al ratio de morosidad en el crédito para la adquisición de la vivienda, apuntó que ha sido una de las más bajas de toda la historia y que, gracias a la experiencia adquirida por la banca, las pérdidas de impago suelen ser limitadas.
Además, recordó que los aumentos de la morosidad derivados de un mayor rigor regulatorio favorecen una mayor gestión de los riesgos por parte de las entidades de crédito, al reconocer más tempranamente la morosidad, incrementar la transparencia e implicar la retención temprana de beneficios para el saneamiento crediticio.
En todo caso, afirmó que las provisiones contribuirá a amortiguar el aumento de los dudosos sobre los beneficios. Así, añadió que precisamente el sistema de provisiones contracíclicas del Banco de España «está jugando su papel» y permitirá al sistema bancario encarar la crisis con un mayor margen de maniobra, aunque los ratios de cobertura se irán reduciendo hasta los entornos vigentes en toros países, sobre el 50%.
Asimismo, aseguró que el otro reto para el sector es de la financiación de la actividad ya que las «alteraciones de los mercados financieros» ha provocad dificultades para gestionar la liquidez, un encarecimiento de la financiación, el acortamiento de los plazos de emisión y la disminución de los volúmenes de fondo obtenidos. No obstante, según apuntó las entidades españolas cuenta con una amplia base de clientes con la que poder fortalecer sus estructuras de financiación minorista mientras en los mercados mayoristas, el plazo de vencimiento de las emisiones con las que han recibido financiación de medio y largo plazo es «dilatado».
Reducir costes
En este panorama de incremento de la morosidad, las mayores dificultades de financiación y la moderación del crecimiento del crédito Viñals abogó por un «compromiso firme de las entidades para la contecnión de costes», algo que puede instrumentarse, a su juicio, «a través de diversos canales, incluyendo los procesos de consolidación bancaria». En su opinión, sólo así la banca podrá hacer «compatible el descenso de la actividad con el aumento de los financieros con el mantenimiento de niveles adecuados de rentabilidad».
En definitiva, el subgobernador del Banco de España consideró «indispensable» que las entidades apliquen los principios de prudencia, confianza, eficiencia, memoria, responsabilidad y transparencia.
En cuanto a la intervención de Estados y Bancos Centrales para paliar los efectos de la crisis, Viñals aseguró que sería «un grave error» deducir que una vez superada la crisis «debemos ir a más Estado y menos mercado, y subrayó que es necesario mejorar ambos sin hacer prevalecer el papel de los gobierno en la economía. En este sentido, creyó necesario garantizar esta premisa tras la cumbre de Washington mediante un nuevo marco de regulación y supervisión financiera que impida que se repita una crisis como la actual.