Tras mostrar su preocupación por la situación de los dos empresarios que aún permanecen en el país, la presidenta madrileña recordó que en estos momentos la delegación que le acompañó a la India está volando rumbo a Madrid y dijo que no estará tranquila hasta que todos estén en la capital.
En este sentido, reseñó, en declaraciones a Onda Cero, que los vuelos regulares que salen de Bombay de momento funcionan y criticó que haya habido personas que estuvieran de viaje en el país y hayan cogido el avión que fleta Exteriores destino Madrid para evacuar a los españoles.
«Entiendo que las personas que estaban allí de viaje, que viven en Bombay, ven un vuelo gratis y a lo mejor piensan: ‘voy a venirme a ver a mi madre y luego ya me cogeré un billete de vuelta’. No se trata de eso, creo. El Gobierno lo que hacía es evacuar a las personas que no podían salir mientras el aeropuerto estaba cerrado», subrayó.
Echando la vista atrás, mantuvo que no temió por su vida mientras huía del Oberoi pero afirmó que ahora se da más cuenta de lo que hizo en aquellos momentos ante la gravedad de la situación. «Creo que el instinto de supervivencia juega y el mío me debe dar serenidad, tranquilidad y capacidad para tomar decisiones porque es verdad que en situaciones difíciles pienso que es esencial mantener la calma y de hecho, en este caso, vi claramente que había que salir de allí, sobre todo cuando nos dijeron que había fuego en la recepción del hotel y el personal no nos dejaba salir», explicó en declaraciones a Telemadrid.
La dirigente regional, que subrayó que India es un país al que todos los extranjeros sentían «como muy seguro», confesó que no sabe si volverá a Bombay después de lo ocurrido igual que no sabe si volverá a subir a un helicóptero tras el accidente de 2003. «No me oirá decir de este agua no beberé, pero me lo voy a pensar. Es como lo de subir en helicóptero, yo no he dicho que no vaya a volver a subir pero no lo he vuelto a hacer», agregó.
Los terroristas unos canallas
Aguirre señaló que la situación vivida en Bombay le recordó los atentados de Nueva York, Madrid, Casablanca o Bali, ciudades que han sido el escenario «que han elegido unos canallas que quieren imponer el terror a las sociedades libres y abiertas para demostrar su poderío».
Además, manifestó se ha sentido respaldada por el Gobierno central y resaltó que, a día de hoy, se considera una persona «extraordinariamente afortunada». «Soy positiva y optimista y creo que tengo muchísima suerte con mi familia, con mi profesión, hago lo que me gusta y encima he tenido el refrendo de los madrileños que me han votado abrumadoramente. Soy muy afortunada», dijo en Radio Nacional.
También recordó que a lo largo de la escapada pidió a una de las personas que se encontraba su lado que llamase a su esposo para explicarle lo que estaban viviendo. «Hice que uno de los que iban conmigo llamase a mi marido para explicarle: ‘vas a tener esta noticia. Díselo a nuestros hijos, a mi madre y a todos. Estoy a salvo y voy para el aeropuerto'».
Durante sus múltiples entrevistas, Aguirre fue preguntada por el atuendo con el que apareció el pasado jueves en la Real Casa de Correos caracterizado por llevar unos calcetines plateados con sandalias blancas.
Explicó en Radio Nacional que en los viajes oficiales que son largos tiene partes que no son oficiales y que aprovecha para llevar un calzado cómodo, en este caso, unas alpargatas que perdió en la huída. «Este día fue larguísimo, y llevaba unas sandalias de tacón blanco en la mano. Cuando perdí las alpargatas en el hotel, recordé que tenía esos zapatos, porque se los había dado a mi jefe de gabinete que los había metido en una bolsa, donde lleva el ordenador», precisó.
Los calcetines, insistió, los consiguió en el avión y no se los quitó a su llegada a Sol porque tenía frío. «A lo mejor se pone de moda lo de calcetín y sandalia. En su momento ya estuvo. La verdad es que el aspecto es lamentable», dijo entre risas Aguirre a Onda Cero.