lunes, noviembre 25, 2024
- Publicidad -

El Caribe, principal víctima de una violenta temporada de huracanes

No te pierdas...

Beven afirmó que las predicciones de los meteorólogos del CNH, que vaticinaron una «actividad bastante más por encima de la media» para este año en la cuenca atlántica, se cumplieron con la formación de 16 tormentas tropicales y ocho huracanes, cuatro de ellos de categoría mayor.

Los meteorólogos de la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera (NOAA) pronosticaron que esta temporada, que comenzó el 1 de junio y concluye el 30 de noviembre, sería muy activa, con la posible formación de 14 a 18 tormentas tropicales, de las que entre siete y diez podrían llegar a ser huracanes.

«Ha sido una de las temporadas de huracanes más activas en la cuenca atlántica», precisó el meteorólogo, para destacar dos de sus características: su intensidad y amplitud, que alcanzó a numerosas y diferentes zonas geográficas del Atlántico, el Caribe y el Golfo de México. En efecto, los grandes aguaceros que dejó Arthur, la primera tormenta de la temporada, que se formó el pasado 31 de mayo en el Caribe, cerca de México y Belice, causaron cinco muertos a su paso por el país centroamericano y 78 millones de dólares en pérdidas.

El mes de julio se convirtió en el «tercero más activo de que se guarda registro», por detrás sólo de los correspondientes al 2005 y 1916, según el CNH, con la formación de tres tormentas tropicales, dos de las cuales, Bertha y Dolly, devinieron en ciclones.

El huracán Bertha, que llegó a la categoría tres en la escala de intensidad de Saffir-Simpson, de un máximo de cinco, sólo causó daños menores, pero pasará a la historia de la meteorología como el más longevo en el mes de julio: se mantuvo activo durante 17 días. Por su parte, Dolly, cuyo ojo tocó tierra en el sur de Texas (EEUU), con vientos máximos sostenidos de 160 kilómetros por hora (categoría dos), afectó también a México, donde dejó dos muertos y cerca de 100.000 afectados.

En agosto se formaron cuatro tormentas tropicales (Edouard, Fay, Gustav y Hanna), de la cuales Gustav se convirtió en un huracán mayor y dejó, junto con Hanna, un rastro de muerte y destrucción a su paso por el Caribe.

La desolación del Gustav

embistió a Cuba a principios de septiembre con categoría cuatro, con vientos máximos sostenidos de 220 kilómetros por hora y causó algunos heridos, así como grandes pérdidas materiales. Peor suerte habían corrido antes Haití, la República Dominicana y Jamaica, donde las intensas lluvias causadas por Gustav se cobraron la vida de más de un centenar de personas, de las que al menos 75 estaban en territorio haitiano. Tras su paso por el Caribe, Gustav llegó al sur de Luisiana con categoría dos, en coincidencia con el tercer aniversario del devastador Katrina, aunque los daños fueron menores de lo temido.

La zigzagueante tormenta Fay, que tocó en agosto tres veces tierra en Florida (EEUU), causó la muerte de cinco personas, como consecuencia de las torrenciales lluvias que arrojó.

Otra consecuencia trágica la puso en septiembre la tormenta tropical Hanna, cuyo cómputo provisional de destrucción en Haití se elevó a 175 muertos, centenares de desaparecidos y miles de casas dañadas. Según el Gobierno haitiano, el número de fallecidos a causa de los huracanes y tormentas registrados en agosto y septiembre se eleva a 793, mientras que el de desaparecidos asciende a 310, con un total de 800.000 damnificados.

Cuba fue también la gran castigada: al embate de Gustav, que atravesó el extremo occidental del país, le siguió del 7 al 9 de septiembre el del ciclón Ike, que barrió la isla de este a oeste y causó siete muertes.

El poderoso huracán Ike llegó a la categoría cuatro en la escala de intensidad de Saffir-Simpson. Y en noviembre desembarcó en el sur de la isla el ciclón «Paloma», el último de la temporada, con nivel tres.

Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -

Últimas noticias

- Publicidad -