«Quería y quiero transformar la ola de confrontación en una ola de cooperación», dijo Qureshi, cuya visita de cuatro días ha coincidido con los atentados. Antes, Qureshi había pedido al Gobierno indio que los dos países necesitan afrontar juntos los retos presentados por el terrorismo. «Estamos luchando contra el mismo enemigo. No hagan política de ello. Necesitamos unir fuerzas», reclamó Qureshi.
Los atentados de Bombay han causado la muerte de al menos 143 personas, mientras que otras 387 personas resultaron heridas. En este momento, las fuerzas de seguridad indias continúan enfrentándose a los terroristas en el lujoso hotel Taj, mientras que la operación en el centro de rezo judío Nariman House está «casi terminada».
Tanto Zardari como Guilani han hablado con el primer ministro indio, Manmohan Singh, para expresar sus condolencias por lo sucedido y condenar los ataques. Según Zardari, no hay que permitir a los agentes no estatales que fuercen a los gobiernos a modificar sus agendas ni caer en la trampa de los terroristas.
Durante su conversación con Singh, Zardari ofreció su cooperación a la India, según un comunicado difundido en Islamabad por su oficina.