Entre las prácticas dilatorias usadas por las farmacéuticas para dificultar la aparición de productos competidores, la Comisión alude al registro de múltiples patentes para el mismo medicamento, la interposición de recursos judiciales, la búsqueda de acuerdos con los fabricantes de genéricos y la intervención ante las autoridades cuando se presentan solicitudes de autorización para esos productos.
En un comunicado, la EFPIA señaló que Bruselas no ha identificado los verdaderos motivos que impiden a los pacientes europeos acceder a medicinas más innovadoras y destacó que Europa necesita un mercado de genéricos más eficiente y competitivo.
El consejero delegado de la división de salud de Bayer y presidente de EFPIA, Arthur J.Higgins, hizo hincapié en que, mientras los genéricos de los medicamentos más vendidos llegan a las farmacias en un plazo máximo de cuatro meses, las autorizaciones para comercializar nuevas medicinas pueden tardar en algunos países hasta 14 meses.
El director general de la patronal europea, Brian Ager, se defendió, por su parte, de la acusación de que la industria impide la innovación y destacó que en los últimos años la investigación llevada a cabo por las farmacéuticas ha logrado avances importantes en áreas tan importantes como el cáncer, la artritis reumatoide y el HIV/SIDA.
La asociación también resalta los problemas en el mercado europeo de genéricos y subraya que, mientras las medicinas innovadoras cuestan menos aquí que en Estados Unidos, los productos genéricos resultan más caros.
En su opinión, promoviendo la competencia entre los fabricantes de genéricos se podría conseguir un ahorro muy significativo.
Las farmacéuticas inciden, por último, en que las patentes no se usan como mecanismo de defensa contra la justa competencia sino que son un elemento esencial para proteger su cuantiosa inversión en Investigación y Desarrollo.
Recuerdan, a este respecto, que la industria farmacéutica gasta el 17 por ciento de su facturación en I+D, más que cualquier otro sector en Europa.