Rienda, que tomó la salida con el dorsal 29 en una prueba en la que nevó y la pista no presentaba excesiva visibilidad, se cayó apenas 16 segundos después de haber tomado la salida, un mes después de su reaparición, tras casi dos años en blanco debido a la ‘triada’ que sufrió asimismo en tierras estadounidenses y en el estado de Colorado.
El retorno se había producido en el glaciar tirolés de Soelden (Austria), donde el pasado 25 de octubre, Rienda sorprendió con una sensacional séptima plaza en la primera manga, antes de firmar un meritorio decimosexto puesto que auguraba que quizá sus aspiraciones a protagonizar un buen papel en los Mundiales de Val D’Isere (Francia), en febrero, pudieran hacerse realidad.
En noviembre de 2006 -el año en el que batió el récord de victorias hispanas de Blanca Fernández-Ochoa y en el que partió como gran favorita al oro en el gigante de los Juegos de Turín, en los que se tuvo que conformar con ser decimotercera- la campeona andaluza se lesionó mientras entrenaba gigante, su especialidad, en Loveland.
Precisamente donde estuvo ejercitándose las jornadas anteriores al gigante que se anotó hoy, de forma sorprendente, la francesa Tessa Worley. En aquella ocasión, se rompió la rodilla derecha, que operó el prestigioso doctor Richard Steadman en su clínica de Vail, también en Colorado.
Rienda sufrió rotura del ligamento lateral interno, el cruzado anterior y el menisco de la citada rodilla -la tristemente célebre ‘triada’-, lesión que se le complicó durante la pretemporada de 2007 con un condromalasia -degeneración de cartílagos- por exceso de trabajo en la concentración de Argentina.
La esquiadora de Sierra Nevada se probó -de forma infructuosa- el pasado mes de enero en Ofterschwang (Alemania), donde justo antes de los Juegos de Turín firmó doble victoria en dos jornadas consecutivas, subiendo en ese momento a cinco su número de triunfos en Copa del Mundo. Éxitos que siguieron al logrado en diciembre de 2005, precisamente en el escenario de la lesión de este sábado.
En Aspen había logrado ‘Mery’ su tercera victoria, después de las de Are (Suecia) y Lenzerheide (Suiza). Y por si hubiera dudas de que en el Piamonte italiano hubiese merecido el oro, justo después de esos Juegos ganó su sexta carrera, en otra pista olímpica: la de Hafjell (Noruega). La de Lillehammer’94. Donde dejó en media docena un récord que en España tardará en batirse.
Una aparatosa caída
Este sábado Rienda se cayó y no pudo incorporarse. Se quejó y lloró amargamente mientras se sujetaba la rodilla izquierda. La ‘otra’. La granadina fue bajada en camilla y atendida en la clínica de Aspen, donde se le aplicó una resonancia magnética que dictaminó que tiene roto el cruzado anterior, además de una distensión en el lateral interno.
El menisco está intacto, pero Rienda tiene que ser operada. Y es presumible que la recuperación se prolongue durante unos seis meses, por lo que la temporada parece haber llegado a su fin para la tenaz campeona andaluza, que, según pudo saber Efe, pasó de la desesperación inicial a plantearse afrontar con entereza otra recuperación. Para la que hará falta muchísima paciencia.
En las próximas horas se decidirá si Rienda es operada de nuevo por Steadman en su clínica de Vail o si, por contra, será intervenida en Europa, preferentemente en España, opción que es la más deseada por la esquiadora y su entorno, que buscan ya, con el consejo y la ayuda de la federación que preside Eduardo Roldán, una clínica que aplique la técnica del injerto de ligamento.
A sus 33 años, algunos pueden pensar que, consciente de la pesadez de una nueva recuperación, a Rienda le haya llegado la hora de la retirada. La respuesta, sin embargo, la tiene sólo ella.