El partido se le puso de cara al Racing cuando todavía muchos espectadores tomaban asiento en la grada del Vicente Calderón. Corría el minuto 6 cuando el holandés John Heitinga cometió un claro penalti sobre Mohammed Tchité y el delantero burundés se encargó de transformar en el 0-1.
El tanto fue un jarro de agua fría en la helada noche madrileña para la afición del Atlético, que recriminó a Heitinga su facilidad para cometer faltas máximas esta temporada.
Encararon el duelo los cántabros con valentía, sin complejos. Así lo habían hecho en sus anteriores salidas a grandes estadios, como Camp Nou o Mestalla, y de ambos salieron con éxito.
Por eso, en el Calderón, Juan Ramón López Muñiz diseñó un esquema osado, con dos peligrosos puntas en su ataque y un centro del campo poblado para poseer el balón.
Y lo consiguió el Racing en el primer cuarto del envite, en el que ahogó al Atlético con una presión que los rojiblancos no sabían cómo sacudirse.
No estaban los de Javier Aguirre metidos en la batalla hasta que apareció Simao Sabrosa. El portugués es uno de los hombres más en forma del Atlético. Ante el Racing se encargó de batir a Toño por primera vez con un bonito disparo con la pierna izquierda tras una no menos brillante cesión con la cabeza de Diego Forlán.
Era el empate a uno (m.21), que abría un nuevo horizonte para los locales y que descompuso a los visitantes. El central César Navas dio buena muestra de ello sólo diez minutos después al castigar al brasileño Paulo Assuncao con una escalofriante entrada sin sentido, que le supuso la expulsión.
El Racing se quedó con diez y Muñiz tuvo que recomponer el equipo. Marcano pasó a la posición de central, Serrano se ubicó en el lateral izquierdo y Jonathan Pereira retrasó su posición dejando sólo en punta a Tchité .
Se acabó la sequía de Agüero
El Atlético tardó solo tres minutos en adelantarse en el marcador. Lo hizo por mediación de Sergio Agüero, que superó a Toño en su salida tras otra buena asistencia de Forlán. El argentino anotó su quinto tanto en la liga y rompió una sequía que se prolongaba cinco partidos oficiales.
La coyuntura hacía vislumbrar que el combate quedaba visto para sentencia. Eso hubiese lo lógico, pero con el Atlético todo es posible, incluso que el rival, con diez hombres, le encierre en su área en el segundo acto.
Por si fuera poco, en el minuto 51, Medina Cantalejo señaló penalti a favor del Atlético cometido sobre Maxi. Era la ocasión de poner tierra de por medio para los locales, pero el colegiado se retractó en su decisión tras hablar con el línea. De lo dicho nada y el Atlético a sufrir.
Estaban los rojiblancos con una pájara de dimensiones considerables y el Racing engrandecido con un jugador menos. El desconcierto era tal que el empate se cernió sobre la portería de Leo Franco ante la desesperación del público, que no entendía nada de lo que estaba viendo.
En el Racing surgió la figura de Jonathan Pereira, el delantero cedido por el Villarreal, que exhibió rapidez y calidad. Fue un peligroso constante para la insegura defensa atlética. Una pesadilla de la que los rojiblancos no supieron deshacerse.
Pero en el momento más oportuno, con el público enfadado y chillando a su equipo, apareció Forlán, el mejor jugador de la noche. El uruguayo marcó dos tantos y cerró un partido engañoso, en el que el Atlético pasó de un posible empate a una goleada que devolvió la felicidad a la grada.
Atlético 4-1 Racing
Leo Franco; Seitaridis, Heitinga, Ujfalusi, Pernía; Assuncao; Maxi (Banega m. 85), Maniche (Raúl García m. 85), Simao (Luis García m. 85); Kun Agüero y Forlán
Toño; Pinillos (Goncalves m. 76), Garay, César Navas, Marcano; Munitis, Lacen (Canales m.82), Colsa (Luccin m.82), Serrano; Pereira y Tchité.
0-1: m.6, Tchité, de penalti. 1-1: m.21, Simao. 2-1: m. 34, Agüero. 3-1: m. 77, Forlán. 4-1: m. 81, Forlán de cabeza
Luis Medina Cantalejo (Colegio Andaluz). Enseñó tarjeta amarilla a Heitinga, Ujfalusi, Maniche, Tchité. Roja directa a César Navas (m.31) por dura entrada a Assuncao.
Partido de la decimotercera jornada de Liga disputado en el estadio Vicente Calderón, ante unos 40.000 espectadores.