El partido era de la máxima importancia para el Málaga, pues, si ganaba, se aseguraba el retorno a Primera después de dos campañas en la categoría de plata.
El estadio de La Rosaleda se llenó en casi sus treinta mil localidades de aficionados deseosos de ver ganar a su equipo y cantar el ‘alirón’, y para ello había que superar a un Tenerife que se plantó en Málaga situado en la mitad de la tabla y sin nada en juego.
En ese partido, arbitrado por el colegiado castellano-manchego Alfonso Pino Zamorano, el Málaga se adelantó en el marcador con un tanto de Hidalgo y logró poner el 2-0 gracias a un penalti por manos de un defensor del Tenerife, una jugada que no despertó ninguna duda de que hubiera sido con la intención de que el equipo local saliera favorecido.
Ya en los minutos de prolongación hubo una invasión del campo por parte de los enfervorizados seguidores malaguistas que celebraban con antelación el ascenso, lo que produjo la caída de una portería y que Pino Zamorano suspendiera el choque hasta que se despejara el terreno y se volviera a colocar la meta en su sitio.
Tras la reanudación, incluso hubo tiempo para que el brasileño del Málaga Welligton se marcara un gol en propia meta y que el partido concluyera con 2-1 para la formación andaluza.
La alegría malagueña no estuvo nunca salpicada en los prolegómenos del choque, ni posteriormente, de dudas, por parte de aficionados o prensa, sobre la deportividad y corrección con la que transcurrió el partido.
Jornadas polémicas anteriores
Si hubo jornadas antes a este partido, otro, en la jornada 39, del que se denunció públicamente el intentó de compra por parte el Málaga.
Fue en la visita del equipo malaguista el pasado 24 de mayo al estadio Ramón Sánchez Pizjuán para medirse al Sevilla Atlético, encuentro que concluyó con 0-1 a favor de los visitantes con gol de Javi Calleja.
Días después salió a relucir una grabación en la que aparecía una conversación de Lorenzo Sanz, ex presidente del Real Madrid y padre del presidente del Málaga, Fernando Sanz, en la que se daba a entender una presunta compra del partido ante el filial sevillista y que además el Tenerife tenía una prima del club costasoleño por ganarle a la Real Sociedad.
El asunto pasó a los comités de Competición y Apelación de la Real Federación Española de Fútbol, organismos que no encontraron pruebas para sancionar los hechos, por lo que la competición transcurrió hasta al última jornada con los habituales comentarios sobre las ‘primas a terceros’ por ganar, pero nunca por perder.