Al valorar los datos del PIB correspondientes en el tercer trimestre, la entidad señala que el «acusado deterioro» de la economía se debió, sobre todo, al «notable ajuste» de la demanda nacional que, según indicó, «está prácticamente estancada», y sólo ha aportado 0,1 puntos porcentuales al crecimiento económico.
Además, Caja Madrid destaca la destrucción de empleo que tuvo lugar en el tercer trimestre, «la primera en 14 años», así como el ajuste de la inversión, no sólo en construcción, y la pérdida de impulso de todos los sectores económicos.
Las nuevas previsiones de Caja Madrid se han convertido en las más pesimistas hasta la fecha, ya que superan a las publicadas por otras instituciones y organismos internacionales como las de el FMI, la OCDE, la CE, Funcas y el BBVA.
Además, dejan muy atrás a las previsiones oficiales del Gobierno que aún sitúan el incremento del PIB en el 1,6% en 2008 y en el 1% en 2009. Si bien, el Ejecutivo ya ha admitido en varias ocasiones que sus previsiones se han quedado desfasas y que revisará el cuadro macroeconómico en el mes de diciembre.
Menos infación
Por otro lado, Caja Madrid valora también los últimos datos conocidos sobre los precios, y asegura que la inflación caerá aún más en el corto plazo, alimentando así los temores a una deflación, algo «poco justificado», a su parecer.
Según la entidad, el descenso de los precios y los comentarios del presidente del BCE, Jean Claude Trichet, sobre que ésta es la peor crisis desde la II Guerra Mundial han propiciado una nueva moderación en las perspectivas de tipos cotizadas por el mercado.
Así, Caja Madrid recuerda que actualmente se baraja una bajada de 75 puntos básicos este mes, frente a los 50 puntos básicos de hace apenas unas semanas, perspectivas «similares» a las que existen en EE.UU., donde el mercado anticipa un recorte de entre 50 y 75 puntos básicos por parte de la Reserva Federal.
Finalmente y en cuanto a la evolución del euro, Caja Madrid cree que los factores que propiciaron su cotización a la baja «no han desaparecido» (el deterioro económico de la UEM, la aversión al riesgo, la elevada volatilidad y las perspectivas de bajadas de tipos del BCE), aunque considera que el rango actual de la divisa tendrá que mantenerse a corto plazo.
Según la entidad financiera, esto será así porque una depreciación acumulada «tan intensa» como la que ha sufrido la moneda única requiere una fase de consolidación. Si bien, cree que los máximos crecientes que ha registrado su tipo de cambio advierten de que es cada vez «más probable» la ruptura a la baja de su rango actual.