La clave para solucionar la crisis financiera y económica mundial, dijo, pasa por instaurar a nivel global la economía social de mercado, modelo nacido en Alemania, añadió, que debe «convertirse en nuestro mejor producto de exportación». La líder cristianodemócrata afirmó que si hay algo que se ha podido aprender durante la crisis es a no confiar en los autoproclamados expertos y a entender que no pueden ser las empresas las que impongan el marco de la economía, sino el Estado.
Merkel dijo que en estos momentos de crisis no se puede seguir el ejemplo de experiencias anteriores, porque se trata de una situación sin precedentes, lo importante, añadió, es guiarse por la razón y, si es necesario, actuar contracorriente. Con ello justificó su decisión de no promover un gran plan de rescate económico, algo que le ha granjeado críticas en la Unión Europea e incluso el apodo en medios alemanes de «Madame No».
Nuevas opciones sobre impuestos
Pese a descartar una rápida bajada de impuestos, subrayó que Alemania y su gobierno «están abiertos» a «todas las opciones» para afrontar la crisis financiera. Una rápida bajada ahora de los impuestos sería «irresponsable» ante el contribuyente «de hoy y del mañana», enfatizó Merkel, quien insistió en que en estos momentos no es conveniente mezclar dos conceptos distintos, el de ayudar a la coyuntura y el de emprender una reforma estructural.
Merkel se sacudió así las críticas de algunos correligionarios, que reclamaban una bajada de los impuestos en esta legislatura, y se vio ratificada con creces como jefa de la formación.
Merkel asumió la presidencia de la CDU en 2000, como sucesora de Wolfgang Schäuble, y fue reelegida para el cargo en los congresos de 2002, 2004 y 2006, donde obtuvo el 93 por ciento de los votos.