Pérez explicó que ACS ha intentado construir un gran grupo energético mayoritariamente español a partir de la participación del 45,5% que el grupo tenía en Unión Fenosa «bien mediante una fusión con Iberdrola, bien mediante la compra de activos de esta última tras alguna operación corporativa».
Los problemas de competencia, según dijo, no permitieron llevar a cabo este objetivo, razón por la que el grupo consideró que «ya no era razonable» permanecer más tiempo en el accionariado de las dos eléctricas, para centrarse sólo en Iberdrola.
Sobre papel que ACS pretende tener en Iberdrola, Pérez aseguró que «no será una forma de actuar distinta» a la mantenida en Unión Fenosa.
«La venta de Unión Fenosa ha sido una decisión adecuada y realizada en el momento oportuno», añadió el presidente de ACS, quien aseguró que la salida del accionariado de esta compañía permitirá al grupo continuar «sin ambigüedad» su trayectoria en el sector de la energía.
El pasado 30 de julio, ACS acordó con Gas Natural la venta de su participación en Unión Fenosa en dos fases, de tal forma que se traspasó el 9,99% por 1.675 millones de euros, mientras que el traspaso del 35,4% restante se materializará a mediados de enero por importe de 5.915 millones.
Pérez subrayó también que, una vez finalizada la venta de Unión Fenosa, la situación financiera de ACS quedará reforzada, ya que reducirá su endeudamiento hasta los 6.000 millones, unos 13.000 millones menos.
De cara al futuro, advirtió de que el próximo ejercicio será «difícil», si bien la compañía prevé mantener «o incluso mejorar» las previsiones de cierre para este año, con un crecimiento del beneficio neto del 10-15% frente a los 1.551 millones obtenidos en el 2007.