Así, el indicador parcial de expectativas registró un descenso de 1,7 puntos, hasta 69,2 puntos, mientras que el indicador de situación actual cedió 1,2 puntos, hasta los 28,2 puntos.
En comparación con noviembre del 2007, el índice ha caído en 24,7 puntos, debido a un retroceso del 38,5 puntos en situación actual y de 16,3 puntos en expectativas a seis meses.
Según el Instituto, este comportamiento del índice se explica por la peor opinión de los consumidores sobre el empleo y la evolución de la economía del país, por las sucesivas rebajas en las previsiones de crecimiento económico y la «especial sensibilidad» del mercado laboral español ante la crisis.
Martínez explicó que la estimación sobre el empleo ha alcanzado en noviembre un mínimo histórico de 14,7 puntos, frente a los 68,8 de hace un año.
Por este motivo auguró nuevas caídas en los próximos meses, si bien advirtió que el margen de caída se ha reducido en los últimos meses y ahora se está estancando en una evolución «lateral» de la estadística. «El pesimismo ilimitado no va con el ser humano», aseveró Martínez, quien eludió precisar cuándo se recuperará el indicador.
Como los más pesimistas por franja de edad se sitúan las personas de entre 46 y 65 años, superando por primera vez a los ancianos, algo que, según admitió Martínez, puede deberse a que conservan un recuerdo de la crisis del 93 «y tienen mejor información que los jóvenes».
El presidente del ICO Martínez destacó, no obstante, la leve mejoría en la apreciación de los consumidores respecto a la economía de sus hogares, que repunta dos décimas en situación actual, a 56,8 puntos, y 1,4 puntos en expectativas, hasta los 85,6.
El ICO justifica esta evolución por las previsiones de inflación, que cae cuatro puntos en noviembre hasta los 117,2, y, sobre todo, por la evolución de los tipos de interés, que se desploman 22 puntos y por primera vez se sitúa por debajo de los 100 puntos. En concreto está en 85,6.
Sin embargo, Martínez señaló que las perspectivas de ahorro y de consumo duradero han descendido cuatro puntos, hasta los 59,3 y los 68,2 puntos, respectivamente, por lo que el balance del indicador sigue alertando sobre un debilitamiento del consumo privado de los españoles.