El presidente del BCE indicó que, a la vista de los indicadores disponibles, la actividad en la eurozona ha seguido deteriorándose en el cuarto trimestre y vaticinó que la debilidad persistirá en los próximos meses.
«Debido sobre todo a los efectos de las turbulencias financieras, tanto la demanda global como la de la zona euro continuarán durante más tiempo dando muestras de debilidad», afirmó.
Según las nuevas previsiones publicadas este jueves por el BCE, el PIB de la zona euro crecerá este año entre el 0,8% y el 1,2%, mientras que en 2009 la horquilla estará entre una caída de la actividad del 1% y el estancamiento.
Respecto a la inflación, el banco emisor espera que se vaya acercando al objetivo de estabilidad de precios -por debajo del 2%, pero cerca de esa tasa- e incluso llegue al entorno del 1% el año próximo.
Justificó la reciente evolución de los precios por el abaratamiento de las materias primas y la significativa desaceleración de la economía.
Trichet hizo hincapié en cualquier caso en que el nivel de incertidumbre que rodea a las previsiones económicas «sigue siendo excepcionalmente alto».
Sobre la decisión de este jueves, el presidente del BCE no quiso precisar si hubo disenssiones en el Consejo de Gobierno o apuestas por un bajada mayor y reiteró que fue adoptada por «consenso».
Destacó que este recorte de 75 puntos básicos se suma a otras dos bajadas previas, de cincuenta puntos cada uno, en menos de dos meses.
«Desde la II Guerra Mundial, ninguno de los bancos centrales predecesores del BCE adoptó una bajada de tipos de interés de esa magnitud en tan corto periodo de tiempo», recalcó.
De cara al futuro, dejó claro que no excluye nuevos recortes, pero también insistió en que hay que comprobar que las decisiones adoptadas hasta la fecha resultan efectivas.