La alerta saltó a las 8.45 horas cuando la radiobaliza del pesquero «Rosamar», con 13 tripulantes a bordo, avisó de un naufragio a unas 24 millas del puerto de Burela. Tras el aviso, el helicóptero «Pesca 2» dependiente de la conselleria de Pesca, localizó a cinco tripulantes de la embarcación en una balsa. Posteriormente, Salvamento Marítimo, que coordina el operativo de búsqueda, encontró los cadáveres de otros dos tripulantes enganchados a las redes del pesquero. El tercer cuerpo sin vida también fue encontrado entre una redes, aunque tiempo más tarde.
En medio de un fuerte temporal, hasta el lugar del naufragio se desplazaron dos embarcaciones del Salvamento Marítimo, el remolcador «María de Maeztu», los helicópteros «Pesca 2» y «Helimer Cantábrico» y el avión con base en Santiago «Rosalía de Castro». Estos efectivos se encargaron de rescatar los cadáveres y además rastrean la zona en búsqueda del resto de tripulantes que están desaparecidos. Además, el «Pesca 2» trasladó al aeropuerto de Alvedro, en La Coruña, a los cinco tripulantes rescatados con vida que ingresaron en el Hospital de la capital coruñesa.
Riesgo para «un pescado muy barato»
Los cinco ingresados en el centro hospitalario son cuatro portugueses y un indonesio con edades comprendidas entre los 30 y los 40 años de edad y se encuentran en buen estado con algunas contusiones y síntomas de hipotermia, según detallaron en el informe médico los facultativos que los atienden. Así, en este documento detallan que los marineros presentan golpes y contusiones y signos de hipotermia «leve», pero «no es nada grave».
Los médicos no creen que pasen más de un día ingresados. Estos pescadores han asegurado a los médicos que podría haber más fallecidos.
Por su parte, el subdelegado del Gobierno en Lugo, Jesús Otero, aseguró que el Ministerio de Fomento puso «inmediatamente» a funcionar «todos los protocolos» para auxiliar a la tripulación del «Rosamar». Otero puso de relieve el «riesgo» de los marineros en relación con «un pescado muy barato».
«Una vez más la tragedia se ceba sobre la costa y los marineros», lamentó. «Siempre que sucede esto nos acordamos que el mar se cobra víctimas. La profesión de marinero tiene sus riesgos y no nos cansamos de repetir que en todas las profesiones de riesgo hay que cuidar al máximo las medidas de seguridad», dijo, al tiempo que añadió que se trata, por tanto, «de una profesión que convive con el riesgo».
De bandera portuguesa
El buque es un arrastrero de litoral propiedad de tres armadores de Burela, José Antonio Labayén y sus dos hijos, Jesús y Martín Labayén, aunque con bandera portuguesa. La empresa, Pescarías Labayén, LDA, tiene su sede en Matosinhos, desde donde se distribuye la mercancía que cada día se descarga en su base de operaciones de A Mariña lucense, Burela.
Según confirmó el presidente de la Asociación de Armadores de Burela (ABSA), Ángel Fernández Véquez, el pesquero, dedicado a la captura de merluza y chicharro, tenía su base en esta localidad mariñana, pese a que todo los armadores comercializan la totalidad de su pescado en el mercado portugués.
«No pertenece a ninguna de nuestras asociaciones de armadores», constató para asegurar que, por ello, desconocen más detalles sobre el buque y sus propietarios. De hecho, Pescarías Labayén pertenece a la Asociación de Empresarios Portugueses (AEP).