En los comicios regionales de noviembre pasado, la oposición ganó cinco gobernaciones -entre ellas Miranda, Zulia, Carabobo- y cerca de 60 municipios -incluidos cuatro de los cinco que integran Caracas y la Alcaldía Mayor de la capital- considerados estratégicos por su peso poblacional, económico y geográfico.
En esos comicios, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) de Chávez, ratificó su dominio y ganó 17 de las 22 gobernaciones y cerca del 80 por ciento de las alcaldías del país. Ante la conquista de algunos espacios políticos por parte de la oposición, Chávez dijo que la «revolución» requiere de su liderazgo para derrotar las supuestas intenciones de sus adversarios de acabar con el proceso de cambios socialistas que preconiza.
Precandidatura
Se autoproclamó candidato a las presidenciales de 2012 y expresó su confianza en que podrá presentarse porque -según dijo- será aprobada en las urnas la enmienda constitucional que impulsa para que se instaure la reelección ilimitada presidencial.
Chávez señaló que la vía más expedita para activar la enmienda es por iniciativa de la Asamblea Nacional (AN), mayoritariamente oficialista, lo que -agregó- permitiría que la consulta popular sobre la materia se realice a más tardar en febrero de 2009. El mandatario ha replanteado el asunto un año después de que fue rechazada en las urnas una amplia reforma constitucional que presentó y que incluía la reelección presidencial ilimitada.
La oposición califica de «ilegal» la nueva pretensión de Chávez, con el argumento de que la reelección presidencial ilimitada ya fue rechazada en las urnas en 2007 y, por tanto, no puede volverse a replantear en el período presidencial vigente.
Diez años en el poder
En su década como mandatario, Chávez ha superado un golpe de Estado, que lo alejó del poder durante 48 horas en abril de 2002, y varias huelgas obrero-patronales, la más fuerte la registrada entre diciembre de 2002 y febrero de 2003. Ese paro afectó a la vital industria petrolera de Venezuela, quinto exportador mundial de crudo, y causó pérdidas al país calculadas en 10.000 millones de dólares, según datos oficiales.
La crispación política ha marcado la vida de Venezuela bajo el gobierno «chavista», con un incesante intercambio de críticas, acusaciones e insultos entre los sectores oficialistas y opositores.
El Gobierno defiende el «éxito» de los programas sociales que llama «misiones», con los que, asegura, ha reducido la pobreza, el analfabetismo y masificado el acceso a servicios gratuitos de salud, educación media y superior. También exhibe como un triunfo el crecimiento de la economía durante los últimos 20 trimestres consecutivos, la nacionalización de campos petroleros y empresas básicas, y que la reserva monetaria se haya alcanzado niveles récords cercanos a los 40.000 millones de dólares.