En la primera nota crítica sobre las películas que se publica en la isla, el diario del Partido Comunista de Cuba señala que se trata de una «ambiciosa historia» con «un acercamiento respetuoso a tan legendaria figura, sin que por ello deje de estar presente (…) la polémica».
Además, el rotativo afirma que el Centro Che Guevara de La Habana, que colaboró con Soderbergh en la corrección de los primeros guiones, tiene «reparos e insatisfacciones ante la obra ya terminada».
El actor puertorriqueño Benicio del Toro, quien interpreta el personaje del Che, asistirá este sábado al estreno de los filmes en un pase especial del 30 Festival Internacional de Cine de La Habana, al que no asistirá Soderbergh.
Sin exigir «fidelidad absoluta entre los hechos históricos y la transposición artística de ellos», Granma resalta la falta de profundidad en una cinta realista como El argentino y critica «una carencia de dramaturgia».
El periódico señala el «tono falso de algunas recreaciones, o la imitación histriónica tratando de suplir una verdadera complejidad de carácter» en personajes como el comandante Camilo Cienfuegos o el líder cubano Fidel Castro.
Sobre la representación de Castro
En el caso de Castro, el diario afirma que la representación del actor Demián Bechir «atrapa gestos que pasaron a convertirse en un muestrario iconográfico de los primeros años de la revolución», pero «no va más allá del calco; le falta carisma y le falta profundidad».
La publicación también afirma que los personajes históricos «no llegan a cuajar por su falta de profundidad» y los realizadores «apenas logran acercarse a ese factor que en películas de este tipo resulta determinante: la emoción».
«A Soderbergh y a Benicio del Toro, el actor que con eficacia logra acercarnos a un héroe de carne y hueso y de elevada estatura espiritual, habría que aplaudirles el riesgo de llevar a las pantallas esta historia», continúa Granma.
El rotativo celebra que «con todo y sus defectos, estas dos películas resultan más positivas que negativas en un entramado internacional en el cual la figura del Che es objeto de las más disímiles manipulaciones».