Kroes se enfrenta a una creciente presión de países como Francia y Alemania, que le exigen una rápida aprobación de sus planes de recapitalización bancaria. Frente a ellos, tanto el vicepresidente económico, Pedro Solbes, como el consejero delegado del Santander, Alfredo Sáenz, han pedido los últimos días al Ejecutivo comunitario que garantice la igualdad de condiciones para todas las entidades.
Sáenz denunció el pasado miércoles en Bruselas que algunos Gobiernos de la Unión Europea quieren aprovechar la actual crisis financiera para dar «vitaminas extra» a sus bancos a través de recapitalizaciones con fondos públicos de manera que «salgan más sanos» que el resto después de las turbulencias financieras. El consejero delegado del Santander no acusó directamente a ningún país pero dijo que el sistema británico es el único «transparente», mientras que los «continentales» no se están comportando de la misma manera.
«La Comisión está intentando ser flexible, pero en última instancia los diversos sistemas tendrán que encajar bien y no dar a un sector bancario nacional ventajas indebidas respecto a los otros a través de ayudas de Estado», dijo Kroes este viernes en un discurso pronunciado en Luxemburgo y cuyo contenido fue difundido en Bruselas.
La comisaria de Competencia reiteró que su departamento tiene previsto presentar antes de la cumbre de líderes europeos del 11 y 12 de diciembre unas directrices sobre cómo llevar a cabo las recapitalizaciones bancarias. Para el Ejecutivo comunitario, lo más importante es que los planes incluyan suficientes incentivos para que los bancos devuelvan el capital público una vez que las condiciones del mercado hayan vuelto a la normalidad.
Kroes dijo que es imprescindible imponer salvaguardas para limitar distorsiones en la competencia y que el capital público nunca debe utilizarse para «aumentar los beneficios». «Si el objetivo de la recapitalización es que se dé crédito a la economía real, yo creo que los bancos que se beneficien de las ayudas públicas deberían asumir el compromiso de prestar», señaló.
La comisaria se mostró de acuerdo en que se tenga en cuenta la situación particular de cada banco: algunos necesitan la recapitalización porque están al borde de la insolvencia, otros porque el mercado desconfía de ellos y otros para favorecer los préstamos a la economía real. No obstante, en todos los casos deberán notificarse a Bruselas planes de reestructuración seis meses después de que se haya concedido la ayuda.
En cuanto al precio que deben pagar las entidades recapitalizadas con fondos públicos, Kroes dijo que acepta la fórmula propuesta por el Banco Central Europeo (BCE) para los bancos sanos, pero reclamó que este precio se aumente «dependiendo del perfil de riesgo de cada banco beneficiario».