«He hablado con aficionados del Marsella y están en un estado de cabreo inimaginable, el partido (correspondiente a la Liga de Campeones) no debería celebrarse», aseguró el letrado Gilber Collard a la emisora ‘France Info’.
«Santos se ha convertido en un prisionero político, paga el precio de todo el rechazo de la sociedad española, que quiere mostrar todo su esplendor, su autoridad», señaló el abogado, que habló de «pequeño autoritarismo» de España.
El letrado consideró que la sentencia, pronunciada por el juzgado de lo Penal número 20 de Madrid tras los incidentes acaecidos el pasado 1 de octubre en el estadio Vicente Calderón, durante el encuentro Atlético-Olympique, son una muestra «del orgullo, de la pequeña vanidad española».
«Todos los observadores, incluso los periodistas, han dicho que no había pruebas de la violencia» de Mirasierra, «no sé dónde ha buscado el juez los motivos de la condena, pero desde luego no en las pruebas», afirmó.
Collard indicó que las imágenes no muestran que el aficionado marsellés lanzara una silla contra el agente. «La justicia española quiere salvar la imagen de su policía, que cargó, que se comportó de forma brutal, inaceptable. Y la única forma es condenar a este hombre», aseguró el letrado.
Para el abogado, el asunto de Mirasierra «se ha convertido en un caso político», porque «es una forma que tiene España de decirle a Francia los pocos casos de franceses juzgados en su país».
El letrado aseguró que no apelarán la sanción porque eso «bloquearía toda posibilidad de solución diplomática» y porque tampoco tienen confianza en el Tribunal de Apelación. «Estamos ante la vanidad judicial. Cuando el orgullo domina el juicio no hay justicia», afirmó.
«España es una vergüenza»
Con la misma dureza se pronunció la hermana del acusado, Lucile Mirasierra. «España es una vergüenza, la justicia española es una vergüenza. Hacen lo que quieren, no escuchan a los testigos franceses», aseguró, en declaraciones a la emisora ‘France Info’.
«Todo el mundo sabe que esto es un teatro, que todo el mundo se ríe de nosotros, que al Gobierno francés le damos igual, que la Embajada y el Consulado nos han dicho que iban a hacer todo lo posible para que saliera y ahora nos llaman para decirnos que le han metido tres años y medio de cárcel», aseguró Mirasierra visiblemente emocionada.
Lucile Mirasierra aseguró que no ha sido probado que su hermano arrojara una silla contra un agente. «Tenía que haber matado a uno de los policías, al menos le hubieran caído tres años y medio por algo», clamó con la voz entrecortada.
Pese a que su hermano tiene la doble nacionalidad, Lucile rechazó toda vinculación con España y aseguró que en Francia el veredicto hubiera sido diferente.