En declaraciones a los medios de comunicación al llegar al Congreso de los Diputados para asistir a los actos conmemorativos del treinta aniversario de la Constitución, Zapatero se mostróo convencido de que la Carta Magna «ha sido, es y será útil».
«Podríamos mejorarla, pero no es imprescindible», recalcó el jefe del Ejecutivo. La reforma, insistió, necesita de un clima de acuerdo y, si no lo hay, el Gobierno no planteará ninguna iniciativa porque «no es en este momento una tarea prioritaria» para él.
Zapatero respaldó la Carta Magna «tal como está» y garantizó que se puede funcionar con el texto actual para que el país progrese, se fortalezca la convivencia y se refuercen los espacios de acuerdo y consenso, «siempre muy convenientes en democracia».
En su opinión, los treinta años de vigencia de la Constitución, «tan positiva», han sido probablemente los mejores de la historia de España, años de libertad, democracia, progreso económico y social y de proyección del país en el mundo. «La tarea que tenemos en este tiempo es lograr que los próximos treinta años sean aún mejores para que avancemos socialmente, exista más igualdad entre hombres y mujeres, para que nuestra educación alcance las cotas que España merece y para que sigamos transmitiendo admiración en el mundo», manifestó.
El Rey expresó su confianza en la Constitución como «vértice esencial» del presente de los españoles «y mejor instrumento de futuro» para seguir progresando conforme a sus reglas «en una España unida y diversa». En una breve alocución Don Juan Carlos se mostró asimismo convencido de que, «con la unidad de los demócratas y los instrumentos del Estado de Derecho», España «podrá derrotar para siempre la inaceptable barbarie del terrorismo».
El Monarca subrayó en este sentido que el terrorismo es «culpable de tantas víctimas y del dolor de tantas familias que, hoy más que nunca, tenemos presentes en nuestro corazón, aún marcados por el vil asesinato en Azpeitia de Don Ignacio Uría».
Felicitaciones al pueblo español
Tras agradecer las palabras con las que el presidente del Congreso, José Bono, abrió la recepción oficial, presidida por los Reyes junto a los Príncipes de Asturias, Don Juan Carlos manifestó, «en este importante día» para todos los españoles, su «orgullo y confianza» en el futuro de España «como Nación». A continuación, quiso mostrar su «profunda gratitud a los españoles y sus representantes», que, «con la mirada puesta en el porvenir, generoso espíritu de pacto y voluntad de concordia», hicieron posible «una moderna Constitución, obra de todos y para todos, nacida del más amplio consenso» habido en la Historia constitucional de España.
El Rey felicitó expresamente al pueblo español que hace 30 años aprobó en referéndum «por amplia mayoría» una Constitución «integradora», «máxima garante» de los derechos y libertades de los españoles, con una «amplia articulación» de la pluralidad de España y de su diversidad territorial en torno a las Comunidades Autónomas. Al explicar los motivos de su orgullo, destacó que los españoles, juntos, gracias a la Carta Magna y a sus instituciones, han logrado «el más largo e intenso período de modernización, progreso, estabilidad y convivencia en democracia y libertad», que ha permitido «recuperar el papel de España en Europa y en el mundo».
«Confianza en una España que superará los actuales roles con eficacia y generosidad, buscando siempre mayores cotas de bienestar social», ha señalado el jefe del Estado, antes de añadir: «hoy celebramos, en suma, ni más ni menos que tres décadas de una gran Constitución para una gran Nación».
Aspectos positivos.
Por otro lado, Mariano Rajoy, en declaraciones a los periodistas nada más llegar al Congreso, subrayó la «vigencia» del texto, que tiene «muchos aspectos positivos». Uno fue «el acuerdo entre españoles», pues dieron su «apoyo mayoritario» a la Constitución «personas del régimen anterior, personas con posiciones políticas diferentes», y todo ello con un «doble objetivo».
El primer objetivo consistió en «mirar al futuro y superar una etapa muy dura de la historia de España» y el segundo, en «fijar unas reglas de juego que constituyesen un marco de convivencia» para que dentro de él todas las posiciones políticas pudieran defender sus planteamientos.
Sin embargo, de entre todos los aspectos positivos, Rajoy ensalzó la reafirmación de la nación española, de la libertad del individuo «por encima de cualquier consideración», de los derechos humanos y de la igualdad, «entendida no como uniformidad, sino como igualdad de oportunidades, derechos y deberes».
«Estos son los grandes avances de una Constitución con la cual hemos vivido 30 años, y sin perjuicio de alguna reforma, que alguna habrá que hacer, espero que vivamos con ella muchos años más», sentenció.