El experto considera imposible predecir las eventuales pérdidas aparejadas a la exposición inmobiliaria del sistema financiero, pero incide en que además de las inversiones en primera residencia, hay que tener en cuenta las realizadas en tierras, parques industriales y propiedades comerciales, entre otras.
Asimismo, considera que los precios de la vivienda caerán un 30% en los próximos años, dada la sobrevaloración persistente en el mercado, la subida del paro y el endurecimiento de las condiciones de concesión de créditos por parte de las entidades financieras en un entorno de subida de la morosidad.
Los precios de la vivienda «ya están cayendo, y en un porcentaje significativo», tal y como pone de manifiesto el desplome interanual del 40% en las ventas de viviendas de segunda mano, asegura la firma, que calcula un exceso de oferta de entre 1,5 y 2 millones de unidades.
«Estamos justo en el principio de un largo descenso en los precios, tanto a través de un fuerte ajuste en un corto periodo de tiempo, como mediante un ajuste durante un plazo relativamente dilatado con un ajuste significativo en términos reales», pronostica Credit Suisse.
La firma incide además en que la demanda de vivienda encuentra actualmente obstáculos para comprar, dado que las condiciones financieras han cambiado a raíz de la crisis originada por las hipotecas ‘subprime’ en Estados Unidos, y ahora es más difícil entrar en el mercado.
Hasta hace un año, recalca, el porcentaje de financiación hasta el 80% del precio de la vivienda era el procedimiento habitual, mientras que ahora, con la subida de la morosidad y un entorno de bajada de tipos, los bancos no están dispuestos a ofrecer una proporción tan alta de financiación.
Desmontando mitos
La idea de que los precios de la vivienda en España resistirían debido a que los propetarios prefieren no desprenderse de las casas en periodos bajistas se basa en «tradicionales malentendidos» sobre la formación de precios que suelen provocar burbujas de precios de vez en cuando, sostiene Credit Suisse.
Concretamente, afirma que pese a la creencia de algunos compradores de que un entorno de bajos tipos de interés hace más barato comprar una casa, la mayoría de las hipotecas en España son a tipo variable, y la carga de la deuda no se reduce con el paso del tiempo, sobre todo en el caso de las hipotecas a muy largo plazo.
También advierte de que aunque los ayuntamientos controlen la mayoría del suelo de uso residencial, los precios no pueden subir infinitamente, tal y como demuestra la experiencia en Nueva York y Tokio, ciudades desarrolladas en un espacio limitado en las que los precios acabaron cayendo.
No obstante, Credit Suisse reconoce que la falta de un mercado de alquiler, contar con una de las tasas más elevadas del mundo en cuanto a hogares en propiedad, y el control del suelo por parte de los municipios podrían explicar cierta resistencia de los precios de la vivienda.
La firma desmonta otros «mitos» sobre la vivienda en España, como que alquilar es «tirar el dinero», al indicar que la compra no es una inversión «financieramente eficiente», y destaca el componente «emocional» que define la toma de decisiones en ambos casos.