El tribunal declaró al acusado culpable de intento múltiple de asesinato y accedió a la petición de la fiscalía.
Según la sentencia «sólo un error en la fabricación de las bombas evitó un baño de sangre con muchos muertos».
Los hechos por los que fue condenado Yusef al Haj Dib se produjeron el 31 de julio de 2006 en la estación de Colonia, cuando el acusado colocó un maletín con una bomba en el tren de cercanías que se dirigía a Coblenza.
Jihad Hamad puso una segunda bomba en otro tren
Mientras, un cómplice, el también libanés Jihad Hamad, puso una segunda bomba en otro tren con destino a Dortmund, que tampoco explotó.
Hamad regresó al Líbano, donde fue detenido y puesto a disposición de la justicia local, que le condenó a 12 años de cárcel tras haber hecho una amplia confesión.
Los dos presuntos terroristas fueron filmados por las cámaras de vídeo del servicio de vigilancia de los ferrocarriles alemanes en el momento de depositar las bombas en los trenes.
En el proceso al que fue sometido en el Líbano, Hamad admitió además que su intención y la de Al Haj Dib era producir el mayor número de muertos posible en Alemania porque, según dijeron, había ofendido a Mahoma con la publicación de las célebres caricaturas danesas.
Espiritualmente unido a Osama
Hamad aceptó en el Líbano que su intención y la de su cómplice era sumarse a la «guerra santa» y que se sentían espiritualmente vinculados a Osama Bin Laden y a Abu Musab al Zarkaui.
Además, en su ordenador portátil se encontraron instrucciones para la fabricación de bombas, que habían sido descargadas de internet.
La defensa del acusado -que interpondrá un recurso- argumentó que las dos bombas fallaron debido a un error de fabricación «intencionado» y que los dos acusados no querían realizar un atentado con muertos, sino hacer una «advertencia» a la sociedad alemana por la publicación en algunos diarios de las caricaturas danesas.