El viaje a Roma del purpurado -nacido en Utiel (Valencia) el 15 de octubre de 1945- está unido a la relación que desde hace trece años mantiene con Joseph Ratzinger cuando éste presidía la Congregación para la Doctrina de la Fe y en la que Cañizares entró a formar parte en 1995.
«Es uno de los hombres más cercanos y entrañables que conozco, un hombre cordial y afable, un hombre que escucha y acoge lo que se le dice, no es un hombre de condenas», dijo entonces al conocer la elección de Ratzinger como Papa.
Obispo de Avila con 46 años y arzobispo de Granada en la década de los noventa, Cañizares llegó a Toledo en diciembre de 2002 y, a diferencia de su predecesor en el Arzobispado Primado de España, Francisco Álvarez, su gestión ha estado marcada por sus consideraciones públicas contra el «relativismo moral» (matrimonio homosexual, divorcio ‘express’, células madre, Educación para la Ciudadanía o el aborto).
Crítico con las reformas del Gobierno socialista
Doctor en Teología Catequética por la Universidad Pontificia de Salamanca, se ha mostrado crítico con las reformas emprendidas por el Gobierno socialista, tanto como presidente de la Comisión de Enseñanza y Catequesis de la Conferencia Episcopal, después como vicepresidente de la misma y últimamente como arzobispo y cardenal primado.
Las autoridades toledanas y de la comunidad de Castilla-La Mancha siempre han tenido mucho cuidado en no incomodarle. Así, sus críticas contra la denominada «Guía para chicas», publicación editada por el Gobierno Regional, motivó que la Junta suspendiera su distribución en los colegios.
Además, el «blasfemo» y «anticristiano» espectáculo del cómico italiano Leo Bassi, según los calificativos utilizados por Cañizares en una homilía, también fueron el punto de partida para que instituciones como el Gobierno castellano-manchego o el Ayuntamiento de Toledo retiraran sus subvenciones a esta obra.
Su defensa de la unidad de España y la veneración expresada hacia Isabel La Católica, a la que define como una «santa» y «la gran reina de España», motivó sus quejas, en el año 2004, por el silencio con el que los medios trataron el V Centenario de su muerte. La archidiócesis organizó diferentes actos por este centenario que culminaron con una magna exposición en la catedral de Toledo sobre la Reina Católica, que fue inaugurada por el rey Juan Carlos el pasado mes de junio.