sábado, noviembre 2, 2024
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Comienza el juicio contra 11 acusados de integrar el aparato logístico de ETA

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Condenado ya en Francia a 17 años de cárcel en noviembre de 2006, Esparza Luri es el único de los once etarras o presuntos miembros de la banda que comparecen ante el Tribunal de lo Criminal de París que está acusado de extorsión por haberse implicado en cobrar el llamado «impuesto revolucionario» a empresarios.

Otros ocho de los que se sientan en el banquillo también están inculpados por receptación de extorsión, es decir, por utilizar fondos que sabían que procedían del dinero pagado por empresarios españoles obligados por la amenaza de atentados de ETA.

Este juicio se produce horas después de los arrestos en un pueblo de los Pirineos franceses de tres presuntos etarras, entre ellos, el presunto jefe de los comandos de la banda, Aitzol Iriondo.

Horas después, y como consecuencia de esta detención, eran capturados en Irún (norte de España) otros tres supuestos miembros de la organización terrorista.

Al conjunto de los que se sientan en el banquillo se les ha procesado por pertenencia a una organización terrorista, tenencia de armas y explosivos, receptación de coches robados o uso de documentación falsa, entre otros cargos, todos ellos con el agravante de que fueron cometidos con fines terroristas.

El punto de partida para desmantelar toda esta estructura fue el arresto en Francia, el 22 de enero de 2003, de la mujer y más estrecha colaboradora de Esparza Luri, Laurence Guimon, junto al también etarra Ismael Berasategui en una casa de campo de Estialescq, localidad de la región del Béarn próxima al País Vasco francés.

En Estialescq se encontró una abundante documentación interna de la banda y, sobre todo, la contabilidad de Esparza Luri de la estructura logística, elementos que contribuyeron a desmantelar tres de sus células.

La primera fue una casa en Cahors (sur), donde se arrestó el 30 de julio de 2002 a Juan Miguel Illarramendi Zabaleta, presunto responsable de esta unidad, a José Cándido Sagarzazu Gómez y a Claude Recart, de nacionalidad francesa, el único acusado que comparecer libre, en su caso bajo control judicial.

Las declaraciones de Recart a los investigadores sirvieron para llegar a una casa de Espiens (sur) donde el 16 de noviembre de 2003 se detuvo a Mikel Uzkudun Lizalur y a Igor Letona Biteri.

La tercera célula, denominada «Picapiedra», estaba en una casa de Chatellerault (centro) en la que el 16 de abril de 2004 fueron capturados José Luis Campo Barandiarán e Inocente Soria Valderrama, con Íñigo Elizegi Erbiti, supuesto jefe del departamento de electrónica de ETA.

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