Los hombres trabajaban como vigilantes armados para la empresa Blackwater Worldwide y se desplazaban en un convoy con vehículos blindados el 16 de septiembre de 2007 por la Plaza Nisoor, una transitada intersección de avenidas en Bagdad. Blackwater, con sede en Carolina del Norte y la mayor proveedora de «contratistas privados» en Iraq, sostiene que sus empleados, que daban protección a funcionarios diplomáticos, dispararon sólo después de ser atacados.
Los acusados son Donald W. Ball, un ex infante de Marina de 26 años y que cumplió tres turnos de servicio militar en Iraq; Dustin Heard, de 27, y Evan Liberty, de 26, ambos también ex infantes de Marina; Nick Slattne, de 25, y Paul Slough, de 29, que fueron soldados del Ejército antes de que los contratara Blackwater. Todos ellos, condecorados durante su servicio militar, se entregaron hoy a la justicia en el tribunal federal de Salt Lake City (Utah) y serán formalmente encausados esta misma tarde en una audiencia presidida por el magistrado Paul Warner.
Cada uno de ellos se enfrenta a 14 cargos de homicidio voluntario, 20 cargos de intento de comisión de homicidio y un cargo por el uso y descarga de un arma de fuego en la comisión de un crimen. Rowan explicó que el cargo de homicidio conlleva una condena máxima de 10 años de prisión y el de intento de homicidio una de seis años.
Peticiones de la defensa
Los abogados defensores ya han presentado ante el tribunal peticiones para que los acusados queden en libertad a la espera del juicio y han argumentado que el Gobierno federal no tiene potestades ni jurisdicción para formular los cargos en su contra.
Es la primera vez que se inician juicios bajo la Ley de Jurisdicción Militar Extraterritorial contra empleados privados ajenos al Pentágono.
Blackwater Worldwide es una firma estadounidense que emplea, principalmente, a ex soldados y ex policías, y ofrece guardaespaldas, vigilantes armados y unidades mercenarias de operaciones tácticas en diversas partes del mundo.
En Iraq, además de los casi 150.000 soldados estadounidenses, hay más de 125.000 «contratistas privados» empleados por decenas de firmas.