Tras una reunión con el primer ministro, Costas Caramanlis, para abordar la ola de violencia, Alavanos aseguró que «es un problema político que requiere una solución política con medidas como el empleo para los jóvenes, buena enseñanza y lugares de diversión y una organización democrática de la policía en los barrios».
«Estamos contra la violencia ciega pero hay que comprender que estamos ante un fenómeno con sentimientos de ira y venganza», indicó el representante de la cuarta fuerza política en el Parlamento heleno. Por ello, llamó a los jóvenes a «dar la batalla en forma sistemática y pacífica para que se vaya el Gobierno».
Violencia no justificada
La Secretaria General del Partido Comunista de Grecia (KKE), Aleka Papariga, declaró este martes, tras su entrevista con Caramanlis, que no justificaba la violencia. «De ninguna manera relacionamos los desórdenes con la justificada ira y el deseo de venganza contra la opresión estatal por la víctima», dijo Papariga.
La dirigente de la formación comunista, que tuvo el ocho por ciento de los votos en las últimas elecciones, declaró que «el núcleo de los radicales encapuchados» que ocasiona los disturbios «ha brotado del seno del poder estatal, durante los gobiernos conservadores y socialistas».
Papariga acusó al Ejecutivo de usar esos grupos radicales «para justificar la opresión estatal y para difamar y quebrar al movimiento popular». Rechazó también la conveniencia de celebrar comicios anticipados bajo las actuales circunstancias debido a que «si hay elecciones en clima de violencia estatal y represión no tendrá muchos resultados».