Rato argumentó que el mundo no tiene en estos momentos «muchos instrumentos para las buenas noticias» salvo uno: avanzar en la libertad de comercio.
Por eso, consideró «una responsabilidad muy importante» de los gobiernos de los países industriales -la UE, Estados Unidos y Japón- y de los países emergentes completar esa negociación, porque las distancias que separan a un bloque y a otro «son mínimas».
Rato advirtió de que es «muy considerable lo que el mundo se juega de un fracaso» de la ronda de Doha, que lidera la Organización Mundial del Comercio para avanzar en las reglas del comercio mundial.
A su juicio, el riesgo de esta crisis no sólo es una «mala estrategia de salida», que conduzca a un mundo con demasiada deuda pública e inflación, sino que «el más importante es más político: el proteccionismo».
Según el ex presidente del FMI, es el proteccionismo «el que puede convertir la crisis en una recesión» y por eso, añadió, el impulso del comercio y de la libertad de comercio debe formar parte de la «estrategia de salida».
Se trata, insistió, de evitar los riesgos de un nuevo proteccionismo derivado de las «reacciones políticas domésticas» a la crisis y de las «presiones de las opiniones públicas locales».
Rato subrayó que avanzar en la libertad de comercio es un beneficio para todos y ha afirmado que detrás de esa discusión está la negociación «nada fácil» sobre la libertad de inversión en el mundo.
El ex ministro de Economía español defendió además, que la crisis requiere una discusión global en la que deben tener un mayor protagonismo los países emergentes, que, a su juicio, deben sentarse en las meses importantes de discusión sobre economía mundial.
Durante su intervención, reclamó a los gobiernos una estrategia clara de salida de la crisis, tras haber aplicado unas política de entrada que puede conducir a la deuda y a la inflación.
«Estamos ante una estrategia de entrada por parte de los poderes públicos en la crisis de grandes dimensiones y necesitamos saber cuáles son los planes de las autoridades de cara al futuro», dijo Rato, quien subrayó que las intervenciones en el sistema financiero y las políticas monetarias y fiscales tienen que ser «claras en duración e intensidad».
Rato reclamó, además, el establecimiento de unas reglas de juego para toda la Unión Europea que eviten los efectos en la competencia de las distintas inyecciones de liquidez de los países europeos o las recapitalizaciones de entidades por unos gobiernos y no otros.