Débil y enjuto, pero feliz y esperanzado. Así dio sus primeros pasos Ballesteros, de 51 años, fuera del Hospital. El ex golfista seguirá en Madrid unos días para regresar al mencionado centro hospitalario para una revisión programada.
No obstante, Seve debe proseguir con un tratamiento oncológico ambulatorio para tratar su enfermedad.
Ballesteros ingresó el pasado 6 de octubre en el Hospital de La Paz con un cuadro de mareos y pérdida de consciencia.
El ex golfista se encontraba ese lunes por la mañana en el aeropuerto de Barajas, a punto de embarcar en un avión rumbo a Alemania, cuando sufrió un mareo repentino. Una vez repuesto ligeramente, Seve llamó por el móvil a su sobrino y apoderado, Iván Ballesteros, solicitándole ayuda.
Iván recogió a Seve y lo llevó hasta su automóvil. Sin embargo, el ex golfista pronto sufrió un nuevo síndrome con espasmos que obligó a su apoderado a conducirle hasta el Hospital de La Paz, en donde ingresó de urgencia.
La preocupante noticia del ingreso de Ballesteros corrió como la pólvora por las redacciones de todo el mundo. Tras varios días de pruebas neurológicas exhaustivas, Ballesteros esperó la llegada a Madrid de dos de sus hijos, que estudian en los Estados Unidos (Baldomero, de 18 años, y Miguel, de 16), para reunir a toda la familia e informarles de su diagnóstico.
El domingo 12 de octubre, pasadas las 18.00 horas, Ballesteros informó al mundo de cuál era su enfermedad por medio de la Agencia EFE.
«El partido más difícil»
Las muestras de solidaridad llegaron por decenas desde todos los rincones del planeta. Ballesteros acaparó las páginas de todos los diarios y su estado de salud abrió los informativos de televisión y radio de medio mundo.
«Durante toda mi carrera he sido uno de los mejores salvando obstáculos en los campos de golf. Y ahora quiero ser el mejor, afrontando el partido más difícil de mi vida, con todas mis fuerzas..,», comunicó Ballesteros.
Desde la biopsia (extracción de una muestra de tejido) hasta la primera intervención quirúrgica pasaron tan sólo 48 horas. El tipo de tumor y su tamaño aconsejaron la inmediata operación por el equipo médico del Servicio de Neurocirugía del hospital madrileño. La intervención duró doce horas.
Dos días después, el ex golfista pasó nuevamente por el quirófano para aliviar un edema y el 24 de octubre fue intervenido por tercera vez, para actuar sobre el edema y un hematoma intracerebral, lo que se amplió con la extirpación de los restos tumorales.
El 18 de noviembre y ante la mejoría progresiva, Ballesteros salió de la UCI y fue trasladado a planta, en donde proseguía con su recuperación y rehabilitación.
A pesar de su mejoría, Ballesteros mantenía un régimen de visitas restringidas y un férreo hermetismo a su alrededor. Las muestras de apoyo se multiplicaban e incluso se convocó una manifestación de apoyo a las puertas del hospital.
Seve fue operado por cuarta vez el 2 de diciembre para someterse a una derivación ventrículo peritoneal. El día 3 salió de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y pasó a planta. Este martes por fin recibió el alta médica.