Tusk reconoció que «el éxito no será fácil», aunque adelantó que ni Polonia ni Alemania optan por la vía del veto, lo que deja una puerta abierta a un final feliz para la ecología del continente. «El veto no es nuestro propósito, se trata de una salida para un final dramático», apuntó el jefe del Gobierno polaco, quien sí mostró su confianza en que Bruselas tenga en cuenta las peculiaridades de cada Estado miembro a la hora de diseñar su plan medioambiental, un conjunto de mecanismos fundamental si Europa quiere luchar con efectividad contra el cambio climático.
Para la canciller alemana, el encuentro sirvió para dar un paso importante hacia el entendimiento que permite mantener «un optimismo con cautelas», aunque reconoció también que la cita de Bruselas será «muy importante» para conocer el futuro de este plan comunitario.
Reticencias al plan
Polonia lidera el grupo de socios del Este de Europa que han planteado reservas al paquete medioambiental escudándose en la crisis financiera y en el alto coste que éste tendría para sus economías, fuertemente dependientes del carbón, el combustible fósil más contaminante.
Por su parte, la canciller alemana, hasta ahora una de las abanderadas europeas en la defensa del medio ambiente, ha anunciado que bloqueará los acuerdos climáticos en la próxima cumbre de Bruselas si ponen en peligro puestos de trabajo en Alemania, afectada por los problemas financieros globales.
Tras el encuentro, Tusk se mostró satisfecho con el entendimiento polaco-alemán sobre las objeciones que cada uno mantiene frente al plan ambiental, una buena sintonía que hasta el momento ambos países nunca habían tenido.
Aire renovado entre Varsovia y Berlín
La de este martes fue la cuarta visita de Merkel a Polonia en lo que va de año, un ambiente diplomático que nada tiene que ver con las tensiones existentes durante el gobierno de Jaroslaw Kaczynski, a quien Alemania acusó de haber instigado un sentimiento antigermano.
La reunión de ambos dirigentes estuvo acompañada de protestas de grupos ecologistas que pidieron una mayor vinculación de los dos países con el respeto al medio ambiente, especialmente ahora, cuando la conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se celebra en Poznan, vive su semana clave, en la que se deben acordar las bases para un texto que sustituya en 2012 al Protocolo de Kioto.