Respecto a la evolución de la economía española, Escrivá recordó las previsiones de la entidad financiera que apuntan a una contracción del PIB del 1% en 2009 y aventuró un ajuste «duro y largo» durante los próximos trimestres por tratarse de una economía «vulnerable» debido a su dependencia al ahorro externo.
En este sentido, consideró que los principales retos de la economía española son: profundizar en las actuaciones para inmunizar en la medida de lo posible el sistema financiero de la crisis internacional, reducir el déficit y el endeudamiento externo y poner las condiciones para el crecimiento sostenido a medio y largo plazo de la actividad y el empleo.
De cara al futuro, consideró que hay que apostar por medidas estructurales que acompañen a las que ya ha puesto en marcha el Ejecutivo, y consideró acertado el fondo de 8.000 millones para la inversión local. Asimismo, apostó por reducir las cotizaciones sociales y compensar el descenso con una subida de IVA y cambiar el modelo de negociación colectiva, entre otras cosas.
Política «no muy acertada» del BCE
Por otra parte y preguntado por la actuación del Banco Central Europeo (BCE) frente a la crisis, Escrivá reconoció que la institución está dando ahora toda la liquidez que se le pide desde el mes de noviembre, aunque tardó en facilitar esta medida. «Pecó de cicatero pero ahora no se puede decir eso», señaló Escrivá, quien, sin embargo, sí consideró que el BCE ha hecho una gestión de riesgos macroeconómicos «no muy acertada».
No obstante, reconoció el «positivo» efecto que tendrán las últimas bajadas de tipos de la institución, ya que permitirán aliviar las cargas financieras de las familias en un punto en la renta disponible de los hogares en 2009. «Que se gaste o no es otra cosa», advirtió, tras explicar que el impacto en PIB será «sensiblemente menor».
Asimismo, se refirió también al descenso del IPC, que alcanzará el entorno del 2% a final de año, que otorgará casi otro punto de renta disponible a las familias y supondrá un colchón para compensar, en parte, el impacto de la destrucción de empleo.
Según Escrivá, en la actual situación económica se retroalimentan cuatro elementos: la aversión al riesgo, la ausencia de financiación y las tensiones de liquidez, los problemas de solvencia en segmentos importantes del sistema financiero internacional y la recesión global. «Este círculo vicioso ha llevado a la situación de credit crunch en la que nos encontramos», indicó.
Optimismo imposible
Consideró que, «a día de hoy», no se puede ser optimistas en cuanto a estos cuatro elementos, porque no hay razones a nivel internacional que lo permitan, al tiempo que afirmó que lo último que se restaurará será la aversión al riesgo. «Será el último elemento de la cadena en arreglarse, antes tendrán que arreglarse los otros», subrayó.
Escrivá señaló que la intervención de los estados con medidas excepcionales ha evitado escenarios más extremos, y ha conseguido evitar los elementos de más riesgo, aunque aún no se han reactivado los mercados. «Se ha conseguido frenar el colapso total, pero hay daños colaterales y los estados tienen que ver como recuperan unos mercados de financiación muy dañados», indicó.
Así, consideró que se tendrán que aplicar nuevas medidas centradas en el estímulo a la demanda y el impulso fiscal que, si están «bien diseñadas» y coordinadas permitirán ver algún signo de mejora en el futuro, aunque o no inmediatamente: «En los próximos trimestres», aventuró.