Responsable desde 2002 de los éxitos de la selección absoluta masculina como la plata de Pekín 2008, Hendriks explicó que hace diez días recibió la propuesta para convertirse en director técnico y jefe de misión del comité holandés -cargo que se puede asemejar al de secretario de Estado en España-, que tomó la decisión el fin de semana pasado y que el lunes llamó uno a uno a todos sus jugadores.
«Fueron conversaciones traumáticas, con algunos llorando. Esto entra directamente al corazón y dice mucho de lo que hemos vivido. Me duele dejarles, pero he podido trabajar con una generación especial de jugadores y de grandes personas. Es un grupo maduro que todavía tiene hambre, que quiere ser campeón del mundo y olímpico», afirmó.
Hendriks, que a partir de enero trabajará con un grupo de seis ejecutivos y tendrá capacidad de decisión sobre los presupuestos de las federaciones y los integrantes del futuro equipo olímpico holandés, quiso dar las gracias en su despedida a la Federación Española, a su anterior presidente Martín Colomer, al secretario general, José Antonio Gil, y especialmente a sus chicos.
«Sin ellos no habría podido hacer nada. Si llegas a una final olímpica no se puede hablar de uno ni de dos. Se habla de equipo y existe una combinación perfecta. Los más visibles siempre los delanteros y España, con Santi, Pol y Edi Tubau, da miedo. Pero no son nadie sin la estabilidad que tienen detrás. Tienen un gran líder en Rodrigo, un portero y un capitán, como Kiko, de lo más estable», añadió.
La plata de Pekín, «el peor momento»
Después de reconocer que en estos años les ha «pedido cosas raras» para conseguir en ellos un cambio de mentalidad, Hendriks se mostró «súper orgulloso por haber estado en el podio todos los años desde 2003» y señaló la derrota en la final de los Juegos de Pekín «como el peor momento» tras hablar de «muchos buenos».
«Ayer en Holanda en mi presentación dije que en España siempre me he sentido como en un baño de agua caliente, tan cómodo y feliz que ya ni costaba compartir el dolor. Esto es lo que más voy a echar de menos, compartir los momentos de gloria y dolor. Cuando vine no me podía imaginar lo buena que ha sido esta experiencia», comentó.
Hendriks espera incorporar a su trabajo la experiencia adquirida de España, «un país grande, con diversidad, competencia y mucho talento, con un resultado en deportes de equipo en Pekín que nadie ha conseguido», y aspectos del modelo deportivo español, como el programa ADO.
«En España un crack está visto como un crack y en Holanda somos demasiado modestos. El Consejo Superior de Deportes ha soportado esta campaña olímpica de forma increíble y gracias a ello se ha conseguido lo que se ha conseguido. Pero todavía quedan cosas por hacer, es como un gigante deportivo durmiendo», afirmó.
Acompañado del nuevo presidente del RFEH, Santiago Deó, quien le agradeció el trabajo realizado y le deseó «la mejor de las suertes», Hendriks insistió en que su nuevo puesto, para el que había otros dos candidatos, «es una gran carga, pero también un reto tremendo estar al frente del deporte holandés».
«La decisión fue difícil. He vivido la mejor situación en mi vida profesional. Pero es un gran honor, soy holandés y, aunque me cuesta un mundo dejar España, es un tren que pasa sólo una vez», concluyó.