El consejero de Sanidad, Juan José Güemes, hizo el mes pasado un llamamiento urgente para que los madrileños acudieran a donar porque en las últimas fechas se ha producido un consumo mayor de lo habitual de las reservas y se requiere sangre de todos los tipos, sobre todo de los grupos A positivo y negativo y 0 positivo y negativo.
A pesar de que la sangre es un producto que el organismo humano genera y regenera con facilidad, y que aparentemente no debería haber problemas de abastecimiento, la realidad es que se trata de un bien escaso, y hay incluso quien lo denomina el «oro rojo» de los hospitales.
La sangre no se fabrica y realmente se necesita, «porque la única manera de obtenerla es donando», afirma María José Fernández Villalta.
«En este hospital se producen tan sólo entre 10 y 12 donaciones diarias y son muy pocas porque nosotros consumimos el equivalente a 13.000 o 14.000 anuales. Nosotros con lo que extraemos aquí cubrimos un cuarto o un quinto de las necesidades totales, lo que equivale tan sólo a un 20% y un 25%, pero es que vas al hospital de La Paz y extraen mucho más, pero cubren el 50%, nada más. El Gregorio Marañón alrededor de un 60% y el 12 de Octubre a lo mejor cubre el 40%».
«Si no fuera por el Centro de Trasfusiones la gente moriría de anemia»
Teniendo en cuenta que para un transplante de corazón se requieren 20 unidades de sangre y para intervención por accidente de tráfico se necesitan unas 20 o 30 unidades, las cifras de donaciones recién citadas resultan irrisorias.
«Si no fuera por el Centro de Trasfusiones se me moriría la gente de anemia» añade, preocupada, la doctora.
Y es que la sangre que se necesita, y que los hospitales no tienen por insuficiencia de donaciones, se recibe del Centro de Transfusión de la Comunidad -que es el responsable de toda la sangre que se consigue en Madrid- y del Centro de Donación de la Cruz Roja, que acuerdan con los hospitales los mínimos y los máximos de las reservas de sangre según las necesidades de cada centro.
«No hay que donar sólo cuando hay un llamamiento público»
La primera donante de la unidad de donación de la Puerta del Sol en la tarde del jueves, ama de casa y madre de dos hijas, lleva donando dos años, desde que hubo un llamamiento urgente que oyó por la radio. «Lo oí y pensé que ya era hora. Ya soy bastante mayor y pensé… ¿cómo no lo he hecho antes? No hay que donar sólo cuando hay un llamamiento público, sino que se debería hacer habitualmente. No cuesta tanto, es cada cuatro meses y te lleva sólo veinte minutos».
Los sanitarios que están trabajando en esta unidad móvil, y que no han notado más afluencia de donantes desde el llamiento que hizo Juan José Güemes, no creen que en Madrid la gente esté concienciada: «por el nivel de gente que hay aquí en Madrid no. Porque en otras provincias que tienen menos población donan mucha más sangre; aunque también es verdad que en la capital hay más urgencias y más operaciones de transplantes».
«El donante no habitual se tiene que movilizar por algo»
La doctora Fernández Villalta explica que casi todos los donantes son donates habituales «porque el donante no habitual se tiene que movilizar por algo».
«Por eso es necesario concienciar a la gente, enseñarles a ser generosos, pero sin alarmismo -que confiesa que es lo más peligroso- porque en esos momentos los hospitales se llenan de gente que quiere donar, pero todos esos que han donado no pueden volver a donar hasta transcurridos, como mínimo, dos meses».
Esto ocurrió con el 11M y según nos ha explicado una de las enfermeras del centro de unidad móvil de la Puerta del Sol, Sonsoles González, «a raíz del accidente de Spanair [en Barajas el pasado 20 de agosto] hubo un llamamiento masivo por el que muchísima gente acudió a donar, pero esa gente aún no puede donar» porque el máximo de donaciones al año para los hombres es de cuatro, y una menos en el caso de las mujeres.
¿Cómo ayudamos con nuestras donaciones?
Los tres componentes de la sangre que se extraen de una sola donación (un concentrado de hematíes, una plaqueta y un plasma) se emplean en el tratamiento de distintas enfermedades (leucemia, cáncer…), ante hemorragias y anemias, en la elaboración de medicamentos y otros actos médicos como transplantes e intervenciones quirúrgicas.
Fernández Villalta advierte que «muchas veces se asocia la necesidad de sangre con los accidentes de tráfico o con las cirugías porque son las que más impactan, pero que no hay que olvidarse de las patologías».
Para donar sangre no hay que cumplir requisitos especiales, sólo tener la voluntad de donar. Cualquier persona con una salud normal, mayor de 18 años y menor de 65 puede donar, si pesa más de 50 kg.