Mugabe aprovechó su discurso para arremeter contra el primer ministro británico, Gordon Brown, y contra el presidente de EEUU, de quienes dijo que formaban «la peor asociación de líderes de la historia».
Hace menos de una semana, Brown instó a los países del mundo a unirse para decir «basta» al presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, pues la crisis en esa nación africana, que ha empeorado en las últimas semanas por la epidemia de cólera, «es internacional porque las enfermedades cruzan fronteras».
«Ahora que ya no hay cólera, ya no hay razones para comenzar una guerra, aunque quizá deberíamos considerar si la enfermedad de las vacas locas en el Reino Unido se merece un conflicto», respondió Mugabe con tono irónico. «Señor Brown, sus ideas deberían ser analizadas por personal médico», agregó.
Según Mugabe, lo que su país necesita «son médicos, y no soldados», tras lo cual reiteró sus denuncias sobre EEUU y el Reino Unido, países a los que acusa de querer invadir Zimbabue con la excusa de controlar la epidemia de cólera. «Lo que (EEUU y Gran Bretaña) quieren hacer es encontrar excusas para volver a conquistarnos», afirmó Mugabe.
Aliado de los occidentales
El presidente de Zimbabue también arremetió contra el líder de la oposición, Morgan Tsvangirai, a quien acusa de estar aliado con los países occidentales. «Nosotros nunca venderemos nuestro país, tenemos nuestras propias leyes y nuestras propias cortes», proclamó Mugabe.
Tvangirai firmó un acuerdo con Mugabe, junto con el líder de la facción minoritaria del partido opositor, Arthur Mutambara, para formar un Gobierno de Unidad el pasado 15 de septiembre. Sin embargo, tres meses después las partes no han sido capaces de determinar el reparto de los ministerios.
La falta de un Gobierno efectivo desde el pasado mes de marzo ha empeorado aún más la crítica situación de Zimbabue, que tiene la mayor inflación del mundo, un 80 por ciento de paro y una epidemia de cólera que las autoridades sanitarias no han podido controlar.
A pesar de que el actual presidente de Zimbabue fue considerado hace unos años como un héroe tras conseguir la independencia del país de los colonos británicos en 1980, la situación política y económica y su incapacidad a la hora de admitir la gravedad de la crisis han puesto a los Estados occidentales en su contra.